La sequía registrada en el estado este año provocó reducción en el rendimiento de la producción de maíz a 700 kilogramos por hectárea en superficie de temporal, mientras que el máximo solo es de dos toneladas por hectárea, señaló Diego Lira Carrasco, dirigente estatal del Movimiento Social por la Tierra (MST).
“Si 2022 fue crítico para el campo, este 2023 resultó peor, aunque en este año disminuyó un poco el precio de fertilizante y eso ayuda un poquito a los agricultores”, apuntó.
Remarcó que la sequía amplió su radio de afectación, pues además de los municipios de Cuapiaxtla y El Carmen Tequexquitla, también dañó parte de Huamantla, de Atlzayanca, de Terrenate, de Tlaxco, de Hueyotlipan y de Calpulalpan.
Acentuó que uno de los impactos negativos de la falta de humedad se manifiestó en la reducción del rendimiento en el cultivo de maíz en parcelas de temporal, donde la producción máxima es de hasta dos toneladas por hectárea.
Sin embargo -lamentó-, ello también significa “una disminución en demasiado”, pues en otros años se han obtenido de tres a 3.50 toneladas por hectárea, pero a pesar de bajar a dos se considera “muy bueno”, ya que hay lugares donde solamente se logran 700 kilogramos por hectárea, comparativamente con las regiones más perjudicadas por la escasez de lluvias “en las que no levantaron nada”.
Recordó que en algún momento el titular de la Secretaría de Impulso Agropecuario (SIA), Rafael de la Peña, señalaba que nada más eran 300 hectáreas las afectadas a nivel estatal, “pero eso no es real porque el número es mayor, son demasiadas”.
Consideró que las autoridades del ramo no pueden revelar la cifra real porque el presupuesto asignado para el seguro catastrófico “no les alcanza”, pues continua el pago de indemnización por la cantidad de mil a mil 500 pesos por hectárea, los cuales son insuficientes para volver a sembrar.
“A veces nos dicen, aunque sea es algo, pero no es nada porque con el puro trámite que se realiza para solicitar el seguro se gasta ese recurso, ya que hacen a los campesinos dar vueltas y vueltas; además, por comisariado solamente dan apoyo para 200 hectáreas y les dicen, ustedes vean a quién le dan, y ellos se avientan la bronca con los ejidatarios porque el dinero es poco y solamente benefician a sus más cercanos, se genera una zona de conflicto social en lugar de ayudar”.
Por ello, replanteó la importancia de que el gobierno federal intervenga en este asunto a través de la reactivación del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), para que en casos de afectación a cultivos por cuestiones climatológicas, se emita declaratoria de desastre.
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