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En el tema presupuestal para el sector educativo, el titular de la Secretaría de Educación Pública del Estado (SEPE) y el dirigente de la sección 31 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) demostraron tener visiones distintas de las necesidades y carencias que todavía enfrentan las escuelas y la población inscrita.
Por lo menos así lo dejaron entrever ambos en sendas declaraciones que hicieron a los medios de comunicación sobre el recorte presupuestal de alrededor de 130 millones de pesos que aplicó la LXIII Legislatura local en el Presupuesto de Egresos de 2019 para el sector educativo estatal.
Mientras para el responsable de la política educativa local, la disminución de recursos no afectará el desarrollo y logro de objetivos de los programas y proyectos implementados en este rubro por parte del gobierno de Marco Antonio Mena Rodríguez, para el dirigente sindical el recorte presupuestal impactará en los bolsillos de los padres de familia, quienes deberán sufragar los gastos que dejarán de ser aportados a través del Fondo de Apoyo a la Educación Básica en este ejercicio fiscal, pues fue eliminado por los diputados.
Para Manuel Camacho Higareda, de concretarse el ajuste, dará oportunidad a la administración de Marco Mena de continuar con su política de optimización de recursos para concretar y ampliar sus proyectos, entre ellos el Sistema Estatal de Becas, pero no toma en cuenta que en varias zonas de la entidad aún no existen las condiciones de conectividad que requieren los nuevos programas de estudio, como lo evidenció Demetrio Rivas Corona.
En fin, son dos visiones distintas de las necesidades que todavía enfrenta el sector educativo estatal; empero, las declaraciones hechas por el secretario de Educación de no requerir de mayor presupuesto, pueden dar pie a los diputados locales para no rectificar la distribución del Presupuesto de Egresos para el presente ejercicio fiscal, como ya lo planteó el titular del Ejecutivo local al Congreso del estado esta semana.