Los beneficios de la estrategia Vida Saludable no se verán de inmediato, admitió el titular de la Secretaría de Educación Pública del Estado (SEPE), Homero Meneses Hernández, quien refirió que habrá de esperar entre 15 y 20 años para observar cambios significativos en los indicadores de salud infantil.
“Lo que buscamos es que dentro de 15 o 20 años haya menos hipertensos y menos diabéticos”, subrayó.
La iniciativa, que prohíbe la venta de comida chatarra en los planteles educativos, ha generado cambios graduales en la cultura alimentaria escolar. Aunque todavía hay casos de niños que llevan productos ultraprocesados en sus mochilas, la tendencia va a la baja. “Vi a un niño que sacaba de su mochila unas papitas. Le dije, ‘¿qué pasó?’ y me respondió, ‘no, esas las traía desde ayer’”, relató Meneses.
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El secretario aseguró que la respuesta de la comunidad ha sido positiva, ya que durante sus visitas a las escuelas ha recibido comentarios favorables de madres y padres de familia. “Los padres están muy convencidos y agradecidos de la estrategia”, comentó.
Actualmente, el gobierno estatal mantiene monitoreo constante de la salud estudiantil. A la fecha se han detectado 72 casos con algún tipo de dificultad médica, lo que representa una proporción baja dentro del universo de estudiantes, según el secretario. “En todas y cada una de las escuelas seguimos haciendo mediciones”, señaló.
Uno de los principales retos a combatir es el sobrepeso infantil, especialmente entre las niñas. Aunque no ofreció cifras precisas, Meneses reconoció que “sí tenemos un problema de sobrepeso en los niños y las niñas”.
Parte de la respuesta ha sido promover un uniforme único que permita a las niñas participar con más libertad en actividades físicas. “La estrategia de uniforme único para que las niñas no usen falda y puedan brincar, correr, saltar como se debe a esa edad ha estado funcionando”, afirmó.
Para el seguimiento de esta estrategia, el estado opera nueve brigadas integradas por personal médico, optometristas y capturistas. Estos equipos recorren las escuelas tomando datos biométricos como niveles de hemoglobina y esa información se actualiza diariamente.
En términos de cumplimiento de metas, Tlaxcala se ubica actualmente en el octavo lugar a nivel nacional, aunque esa posición cambia constantemente. “Hoy estamos en octavo, mañana podemos estar en séptimo, pasado en primero”, explicó Meneses, debido a la carga diaria de información.
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Un impacto visible ha sido la reducción inicial en algunos indicadores de salud. Aunque aún es temprano para sacar conclusiones definitivas, los primeros cortes sugieren una mejora. “A medida de que se implementó esta estrategia de no dulces, no chatarra, han disminuido los niveles o los números”, indicó.
El secretario insistió en que esta política es de largo aliento y no debe evaluarse con prisas. “Esto va a ser una medida permanente, vamos a ir viendo cómo se desarrolla”, afirmó. Para él, más importante que los resultados inmediatos es consolidar una generación más saludable.
“Estamos sembrando hoy para cosechar en 15 o 20 años”, concluyó Homero Meneses. Por lo que la apuesta es cambiar desde la raíz los hábitos de alimentación y salud entre las niñas y los niños de Tlaxcala.