Viernes, abril 19, 2024

Regreso a clases

Inició el ciclo escolar 2021–2022 y a diferencia del anterior, las escuelas fueron reabiertas para que en ellas haya clases presenciales. En educación básica y en el medio superior la asistencia será voluntaria. Para que el regreso sea lo más protegido posible se requiere que directivos, maestros, padres de familia y estudiantes hagan lo que le corresponde para el cuidado de la salud.

A diferencia también del año pasado, ahora el sector magisterial está vacunado, se ha capacitado para afrontar los retos de la pandemia y se han desarrollado estrategias para implementar protocolos de control sanitario. Por su parte, los padres y los estudiantes han tenido año y medio para desarrollar capacidades para el mejor cuidado de su salud. Desde luego que el virus y sus variantes existen, pero es momento de volver a las aulas.

El regreso a clases anunciado por el gobierno federal ha tenido múltiples reacciones, unas a favor y otras en contra. Sin embargo, los argumentos de la importancia de volver a las aulas son contundentes, entre ellos se debe destacar que el confinamiento provocó que:

1. Haya una mayor profundidad en el rezago educativo.

2. Aumentó la deserción escolar.

3. Visibilizó que la educación a distancia es una buen opción pedagógica, pero es limitativa cuando no se tiene una preparación específica; se hizo lo que se pudo, pero hay muchos factores que no ayudaron para el proceso de enseñanza–aprendizaje, desde los tecnológicos hasta las propias condiciones económicas de los alumnos y de los profesores, aun con ello se lograron desarrollar capacidades  y habilidades para que se esté en condiciones de ofertar educación a través del modelo hibrido.

4. El confinamiento redujo la interacción social generando problemas en la salud mental, fenómenos como la depresión, la ansiedad, los embarazos no deseados y la violencia familiar se agudizaron en este año y medio, cuyas consecuencias no se podrán observar y medir hasta unos años más adelante, cuando se pueda estudiar a la generación Covid–19.

5. El Cierre de las escuelas también tuvo un impacto negativo en la economía, ya que para nadie es desconocido la importancia del sector educativo para la dinámica económica, el sector papelero, el transporte público, la venta de comida, la industria del vestido, ligada a la educación e incluso la caída de la matrícula en el sector privado, todos fueron devastados por el cierre de las escuelas. El confinamiento fue necesario, pero tuvo costos enormes.

En ese sentido, el regreso a clases tendrá éxito y podrá empezar a revertir los daños ocasionado por el confinamiento en la medida que los directivos y, particularmente, los profesores sean los primeros en generar confianza. Si las escuelas cumplen con rigurosidad los protocolos sanitarios y dan seguimiento a las medidas internas es probable que los alumnos vayan autogenerando confianza y eso favorecerá para que los padres de familia sigan haciendo lo propio para cuidarse y cuidar a sus hijos, y enviarlos a la escuela en buenas condiciones de salud, con ello evitar cadenas de contagios.

Habría que recordar que todos los profesores, personal directivo y administrativo ya están vacunados y que se supondría que el sector magisterial que estuvo en confinamiento y con sueldos asegurados cumplió con la sana distancia, el uso de cubrebocas, lavado de mano, limpieza de objetos, aprendió y reprodujo las buenas prácticas entre sus familias, es lo mínimo que se puede esperar de los maestros, por ende es tiempo de que su aprendizaje coadyuve a un regreso sano a las clases.

Así como el personal médico estuvo y está en la primera línea para atender a personas contagiadas por el virus, ahora es tiempo de que los profesores contribuyan desde cada una de sus trincheras a un buen regreso a clases. Se trata de generar confianza, asegurar que los alumnos usen el cubrebocas, mantengan la sana distancia y que usen el gel de manera permanente. Desde luego es un reto, pero para eso fueron capacitados de forma permanente a fin de prepararse para el regreso presencial. Es tiempo que los maestros dejen de exigir y contribuyan a la nación. No hay pretexto.

Por eso llama la atención que un sector del magisterio se resista al regreso a clases, pues este sector fue de los privilegiados en el confinamiento, sobre todo el que está vinculado laboralmente a la educación pública, ahí no hubo recortes, ni reducción de sueldo, ni despidos por la caída de la demanda; se supondría que el magisterio estuvo en casa y que implementó todas las medidas para evitar el contagio.

Todos estamos expuestos, con o sin vacuna, pero los maestros deberían ser los que menos se contagien. Resulta lamentable que se anuncie que en unos de los subsistemas se haya detectado un número de contagios entre los maestros cuando están vacunados y peor aún que el gobierno del estado de Tlaxcala otorgue incentivos económicos para que los profesores regresen a las aulas. Ahora resulta que el regreso a clases depende de la voluntad de unos y el dinero que se les ponga en los bolsillos a los docentes.

Por ahora no es posible contar con vacunas para los grupos de edad menores de 18 años, así que debemos a aprender a vivir con el virus tal como lo han hecho millones de personas que se la pasan de compras, en restaurantes, de vacaciones o tomando café en pleno centro histórico, incluidos varios maestros, ellos son los que no quieren regresar. Regreso a clases sí.

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