En lo que va del año, los robos en carreteras federales de Tlaxcala han generado pérdidas económicas por casi 300 millones de pesos y el asesinato de tres operadores, denunció Paulino Hernández Mendoza, delegado estatal de la Alianza Mexicana de Organización de Transportistas A.C (Amotac), asociación que protestó este día en contra de la inseguridad, extorsiones de policías y abusos en el cobro por servicio de grúa.
Al mediodía, más de 50 unidades partirían de la ciudad de Apizaco y otra cantidad de Calpulalpan, con dirección a Tlaxcala capital, para realizar una marcha pacífica, simultánea a la movilización nacional que se efectúa.
Previo al inicio de esta manifestación, en entrevista vía telefónica, Hernández Mendoza enumeró las situaciones a las que este gremio se enfrenta en la entidad, como la falta de regulación a empresas de grúas que operan con permiso del Servicio Público Federal.
“Grúas Díaz y Grúas Tlaxcala se han convertido en un monopolio en el estado”, cada una tiene cerca de 10 autorizaciones, al igual que otras compañías que funcionan en diversas partes del estado desde hace aproximadamente 20 años, señaló.
El mismo problema –resaltó- que se tiene con las concesionadas federales, es con el resto de las que se encuentran establecidas en la entidad, por lo que se requiere de una iniciativa de ley en este tema y realizar una reforma, a fin de cambiar esta situación, para que todas cuenten con tarifas específicas y normadas, “para que no estén cobrando de más cuando se requiera de su servicio”.
Hay casos en los que se debe pagar entre 120 mil y 140 mil pesos, particularmente cuando se suscita un accidente, ya que brindan asistencia de ‘arrastre y salvamento’, sin embargo, “es una exageración bárbara”, pues no respetan lo estipulado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), es decir, por hora de servicio.
“Sobre todo en percances ellos nos piden la cuota que quieren, la que mejor les convenga, en ocasiones llegan a convenir con el dueño de la unidad, pero no siempre lo esperan y se la llevan a sus corralones; nos mandan unas cantidades exorbitantes”, agregó.
Hay unidades que han cumplido en el corralón cuatro o cinco años, “pero –reconoció- no se van a poder recuperar nunca”, algunas tienen valor de 90 mil o 120 mil pesos y por liberarlas cobran hasta 200 mil pesos, “lo que no es retribuible”.
Expuso que muchos carros se quedan encerrados, al igual que automóviles particulares accidentados por los que cobran hasta 50 mil pesos, cantidad que en ocasiones es mayor al valor de las propiedades, por eso es preferible dejarlos”.
Destacó que la misma situación de abuso enfrenta este sector en los municipios, pues al ingresar le cobran por descargar. “Ya nos vieron a los transportistas como una caja chica” y el importe es en función “de cómo se deje el compañero”, añadió.
En este caso tampoco existen “tarifas reales”, por lo que hay operadores que han pagado hasta 400 pesos o 500 pesos “por entrar unas horas a la ciudad”, principalmente a Santa Ana Chiautempan, Tlaxcala y Apizaco.
Consideró que se trata de una arbitrariedad, por parte de las autoridades municipales, “que no podemos dejar avanzar porque se va a volver un cáncer” en el estado, a pesar de que las vías de comunicación son de libre tránsito.
Expuso que cada sector cumple con obligaciones como contribuyente, pues los comerciantes pagan una licencia municipal y los transportistas hacen lo propio para contar con los permisos federales para transportar mercancía diversa.
Por otro lado, la inseguridad en carreteras federales se ha recrudecido con la pandemia de Covid-19, a la cual han tomado como pretexto los delincuentes:
“sabemos que el trabajo ha disminuido para todos, al igual que para nosotros, los transportistas de turismo estamos en quiebra, pero no por eso nos dedicamos a robar”, apuntó.
En territorio tlaxcalteca el problema se registra a partir de El Carmen Tequexquitla hasta la comunidad de San Cristóbal, Calpulalpan, ubicada en los límites con el estado de México. “Se ha recrudecido bastante; nos está pegando”.
En 2020 –indicó- “nos fue un poco peor” que en otros años en el robo de carros y en lo que va de 2021 el problema continúa, pues la Amotac ha contabilizado cerca de 40 a nivel nacional e incluye a unidades de agremiados de Tlaxcala, pero no se han logrado recuperar, “no sabemos dónde quedaron ni para dónde se los llevaron”.
Sin embargo, el año pasado “fue criminal para nosotros”, además, las autoridades argumentan que no ha habido asaltos, debido a que no cuantifican todos los hechos y ni en la Procuraduría General de Justicia del Estado ni en la Fiscalía General de la República se da acceso a las carpetas de investigación para tener datos precisos, dijo.
Las pérdidas económicas por este delito ascienden a alrededor de 300 millones de pesos durante los primeros meses de 2021, “nada más en Tlaxcala”, pues se maneja bastante dinero y por eso “estamos en el ojo de la delincuencia”.
Peor aún, el delegado de la Amotac lamentó que no solo se trata del robo de mercancía y de los camiones sino del asesinato de operadores o choferes por parte de los criminales. “Aquí, en el estado, llevamos tres casos”, anotó.
Pidió que los gobiernos federal y estatales “se pongan las pilas y que ya se pongan a trabajar en este aspecto”, pues la inseguridad, la pandemia y las extorsiones por parte de policías “nos están dando en la torre”.
A nivel nacional hay retenes, como los de Sonora, Sinaloa y Chihuahua,
“pero si no le entramos con una lana, como vulgarmente se dice, nos matan a los transportistas o los golpean; ya estamos hartos de esta situación en toda la República mexicana”, expuso.
Consideró que es justo que las autoridades estatales reciban a este sector e instalen una mesa de diálogo, pues “se han estado amparando en esta situación de pandemia; ayer se entregaron escritos y los subordinados dicen que no pueden recibir nada de papelería.También somos ciudadanos y merecemos ser escuchados”.
Ofreció disculpas al resto de transportistas y a automovilistas que circulan en la carretera Apizaco-Tlaxcala, por esta marcha, y al tiempo, pidió su comprensión. “Tenemos un eslogan que dice, más vale morir de pie que vivir de rodillas, por eso hacemos esto”.