La prohibición de la marihuana es indefendible, no sólo no ha servido para nada, sino que ha generado terribles consecuencias, sobre todo en la pérdida de vidas humanas; además, en una democracia el Estado no puede imponer una conducta, aseveró Luis de la Barreda Solórzano, abogado penalista y autor de diversos libros, quien reiteró que el camino es hacia la legalización de esta droga en la República mexicana en el futuro.
En víspera de la conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos, a efectuarse el próximo jueves 10 de diciembre, el especialista dictó la conferencia magistral “La penalización de las drogas”, en la Pinacoteca del Estado.
Barreda Solórzano, ex ombudsman del Distrito Federal y actual coordinador del Programa Universitario de Derechos Humanos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), subrayó que consumir droga no significa ser adicto.
Lo es –dijo– aquella persona que no puede estar sin la sustancia; “eso es lo que está mal”. Expuso que hay estudios que revelan que uno de cada 10 consumidores se hace dependiente a la marihuana.
La prohibición no ha logrado reducir “en lo más mínimo” ni la producción, ni la venta ni el consumo, por el contrario, ha propiciado una violencia terrible, una sobrepoblación carcelaria y violación a los derechos humanos de los consumidores, agregó el especialista en su ponencia.
Añadió: “Teóricamente no es delito el consumo, ya que el consumidor es alguien que merece ser ayudado, pero si yo tengo un poquito más de los 5 gramos estoy cometiendo delito y me van a meter a la cárcel por consumir, eso es una violación a los derechos humanos”.
Aludió a la resolución reciente, “importantísima”, de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a favor de cuatro personas para usar esta droga con fines recreativos, pues los ministros introducen el derecho fundamental al libre desarrollo de la personalidad.
Sin embargo, observó que la SCJN sólo emitió un fallo respecto de esta droga porque así lo solicitaron los promoventes del amparo, pero que en otro momento “quizá tenga que referirse a las demás drogas (ilegales)”.
El especialista puntualizó: “A lo que no tiene derecho el Estado es a imponernos conductas por nuestro propio bien”, pues cada persona debe decidir sobre lo que más le convenga.
Recomendó leer el libro de John Stuart Mill, titulado Sobre la libertad.
Ese autor dice “que la única justificación para que el Estado nos coaccione a hacer algo o a dejar de hacerlo, es proteger a los demás del daño que les podemos hacer”, abundó.
De ahí que remarcó que en una democracia “no nos pueden imponer una conducta que el Estado considere virtuosa, cada quien hace con su vida lo que decide, con el límite de no afectar a terceros”.
Al detallar sobre los efectos perniciosos de la penalización, apuntó que ha habido no menos de 80 mil muertos, pues se trata de “una guerra que no tiene final, porque no hay manera de vencer al narcotráfico, pues las drogas están en todas partes”.
Por ser negocio ilícito se eleva el precio de marihuana y la adultera, además de que hay distracción de las fuerzas de seguridad en perseguir a narcotraficantes, que en atender otros delitos “que realmente son graves, como el secuestro y la trata”.
Consideró que es “tramposo” el argumento de que la no penalización va a legalizar al narcotráfico o a incrementar el uso. Pero destacó: “Creo que entre quienes están en contra de la legalización, algunos lo hacen por un interés inconfesable, todos los que se dedican al combate de drogas, si permitieran se quedarían sin empleo y los criminales sin ingresos”.