La historiadora británica Mary Beard comparte que, en La Odisea, se brinda un modelo para silenciar la voz de las mujeres, cuando Penélope da una orden y es reconvenida por su hijo Telémaco, quien la calla y manda ocuparse de sus labores propias, es decir, “del telar y la rueca”. Argumentando: “La palabra debe ser cosa de hombres, de todos, y sobre todo de mí, de quien es el poder en este palacio”. Obediente, Penélope se retira a sus habitaciones.
Pero también, a lo largo de la historia, hemos podido observar las conquistas de generaciones de mujeres poderosas, resilientes, inteligentes y organizadas que nos han abierto el camino, por ejemplo: Leona Vicario, Josefa Ortiz de Domínguez, Antonia Nava, Mariana R. del Toro de Lazarín, Carmen Serdán, Hermila Galindo Acosta, Elvia Carrillo Puerto, Rosario Castellanos, Marcela Lagarde, Patricia Olamendi, Martha Tagle, Yndira Sandoval y Laura Inés López Padilla, por citar algunas, y tantas y tantas más otras que se pierden en el anonimato, pero que, gracias a todas ellas, a su compromiso con la igualdad y la democracia, este 1 de octubre nuestro país, por primera vez, tendrá una presidenta de la República.
Sí, este es un momento histórico y luminoso porque hace tan solo 71 años se reconoció la ciudadanía plena de las mexicanas. Y no, no fue una graciosa concesión, nada lo ha sido, todos los avances, todas las conquistas y todos los logros han sido resultado del tesón, la pasión, la emoción, las habilidades políticas, las capacidades de negociación, los estudios y generación de contenidos…, en resumen, del ejercicio de un poder en femenino y sororal, que es compartido y que ha hilvanado los golpes de certeza que las feministas hemos dado para hacer efectivo el ejercicio de nuestros derechos político–electorales.
México tiene en Claudia Sheinbaum Pardo a su primera presidenta, quien ha dicho “no llego sola, llegamos todas” y, por ello, para “llegar todas”, se debe reconocer la desigualdad y las violencias como los feminicidios, las desapariciones, la violencia de género en todos los ámbitos; además de escuchar y garantizar justicia para las mujeres y sus familias.