Debido a que el paso de migrantes disminuyó durante los meses de confinamiento por la pandemia de Covid-19, también cesaron las agresiones en su contra, pues en lo que va del año se ha registrado un incidente, informó Elías Dávila Espinoza, representante del albergue “La Sagrada Familia”.
Señaló que el ataque fue cometido recientemente por presuntos policías hacia una persona de nacionalidad hondureña, por lo que esta casa de asistencia humanitaria lo apoyó en la presentación de una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).
Dávila Espinoza prefirió reservar detalles al respecto, ya que se recurrió a ese organismo para la investigación del caso, pero resaltó que no todos los sucesos de violencia en contra de la población centroamericana en tránsito, son denunciados.
Lamentó que los principales agresores son elementos de la policía, aunque para las y los migrantes víctimas de algún atropello, es complicado identificar si se trata de municipales, estatales o federales, a excepción de los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), a quienes reconocen con más facilidad.
Por ello, el albergue “La Sagrada Familia” trata de acompañarlos con la denuncia, pues la finalidad es que se respeten los derechos humanos del migrante durante su paso por territorio tlaxcalteca rumbo a Estados Unidos.
Convocó a la sociedad y a los servidores públicos, especialmente a policías, a que permitan el tránsito de estas personas, a fin de que sigan su ruta hacia el norte. “Que se les facilite el camino y que reciban atención médica en caso de requerirla”.
Cuando un tlaxcalteca –apuntó-, o cualquier persona mexicana, llega a otra nación “queremos que sus derechos sean respetados, que sean tratados con dignidad, entonces hay que hacer lo mismo con migrantes de Centroamérica”.
Remarcó que Tlaxcala debe ser reconocido como un lugar donde a las y los extranjeros, sin importar su condición legal, se les respetan sus garantías constitucionales.
Por otra parte, mencionó que todavía no se inicia el proceso judicial para el retiro de la reja de malla metálica con alambre de púas, colocada en junio pasado a un costado del albergue, por parte de vecinos de la Colonia Ferrocarrilera y avalada por el ayuntamiento.
Recalcó que esta estructura, “signo de represión y marginación” contra migrantes, obstaculiza el derecho al libre tránsito, no solo de quienes llegan a esta casa a descansar unas horas, sino de las y los colaboradores que apoyan en la atención.