La Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT) tiene como retos continuar incrementado la matrícula en 4 por ciento anual, aumentar su cobertura a nivel estatal y nacional y lograr que el Modelo Humanista Integrador basado en Competencias (MHIC) se convierta en un estándar educativo que haga posible el cumplimiento del lema universitario, por la cultura a la justicia social.
Así lo advirtió el rector de la UAT, Luis Armando González Placencia, en el acto en el que rindió su informe de anual de actividades, correspondiente al periodo 2018-2019, que tuvo lugar al medio día de este jueves en el Centro Cultural Universitario (CCU) y en el cual se dieron cita ex rectores de esta casa de estudios, la estructura universitaria, alumnos, docentes y funcionarios federales y estatales.
Para superar esos retos, el funcionario expuso que su gestión promueve la apertura de la universidad hacia todos los sectores para buscar sinergias con los gobiernos, las legislaturas, las judicaturas, las comunidades y municipios y la Federación, así como las naciones extranjeras.
También anunció como acciones a desarrollar durante su rectorado, la puesta en marcha de un plan de austeridad; proyectar y dar a conocer las fortalezas y logros para atraer a más estudiantes; e innovar para que a través la inspiración creativa de la comunidad universitaria se hallen nuevas formas de generar y aplicar el conocimiento.
Además, un sistema de inclusión y equidad académico con enfoque en los derechos humanos y respeto a lo diversidad humana; la máxima cobertura a través de las casas de autorrealización en las diversas comunidades de la entidad.
El rector consideró que estas acciones, que, dijo, fueron diseñadas en conjunto con la estructura universitaria, permitirán que la UAT logre consolidar lo que ha hecho la universidad para afianzar su identidad y para que el MHIC sea ejemplo de cómo la cultura y el conocimiento pueden contribuir a los elevados fines de la justicia social.
Después de casi seis años de que ningún representante del gobierno del estado atestiguaba el informe del rector de la máxima casa de estudios del estado, esta ocasión acudió el titular de la Secretaría de Gobierno (Segob), José Aarón Pérez Carro.
Antes, González Placencia señaló que cuando asumió la rectoría –a finales de agosto de 2018—lo hizo a sabiendas que su administración se desarrollaría en un ambiente complejo derivado un cambio en los criterios que habían marcado, en los últimos lustros, los derroteros de la educación superior.
En este punto, recordó la pretensión inicial del gobierno de Andrés Manuel López Obrador de reducir el presupuesto destinado a las universidades públicas, iniciativa que al final fue desechada por el oportuno llamado que hizo la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies), con lo cual se logró que la Federación mantuviera el mismo monto de recursos autorizados el año pasado.
“Por ello, los retos planteados han impuesto la necesidad de la búsqueda de un mejor lugar en el mapa global de nuestra institución y para el estudiantado, y al mismo tiempo desarrollar con más fuerzas una actitud y un conjunto de prácticas educativas que produzcan arraigo, que motiven a la comunidad académica a hacerse cargo de los problemas que hace décadas afectan nuestro entorno”.
Los documentos que contienen el informe de actividades y financiero fueron entregados al Consejo Universitario para su análisis, pero también pueden ser consultados en la página de internet de la universidad, refirió el rector.
Dijo que en ambos documentos se “afirma la sanidad de nuestras finanzas y se rinde cuenta detallada de los esfuerzos exitosos que afirman nuestras fortalezas”, que dijo son: el incremento sostenido de nuestra matrícula, la mayoría de sus licenciaturas acreditadas como de calidad y que uno de cuatro postgrados inscritos en el Programa Nacional de Postgrados de Calidad.
Además, 100 investigadores dentro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), docentes con perfil Programa para el Desarrollo Profesional Docente (Prodep) y los cuerpos académicos consolidados y en consolidación, así como en crecimiento en infraestructura.
De acuerdo con el informe presentando, la UAT ejerció en 2018 un presupuesto federal de 624 millones 215 mil 936 pesos, mientras que la aportación estatal fue de 100 millones 423 mil pesos.
Por fondos, el 58 por ciento del presupuesto de la universidad provino del Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM), 25 por ciento del Programa de Fortalecimiento a la Calidad Educativa (PFCE), 7 por ciento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt); 5 por ciento de Carrera Docente, 2.8 por ciento sectorial, 2 por ciento de Reformas Estructurales y 0.2 por ciento de Prodep.
Señaló que la Secretaría de Educación Pública del Estado (SEP) reconoció el esfuerzo de evaluación externa y de acreditación de la universidad al lograr que 90.53 por ciento de su matrícula curse programas de calidad, lo cual permite ubicarla en el estatus de sobresaliente.
En materia de becas, se indica que durante el periodo que se informa se benefició a mil 631 alumnos con la entrega de 12 diferentes tipos de becas, las cuales coadyuvaron a lograr la permanencia. El monto asignado en esos apoyos fue de 35 millones 265 mil 472 pesos.
Se refiere que durante el año pasado, la máxima casa de estudios de la entidad fortaleció sus alianzas estratégicas en los niveles local, nacional y global al suscribir convenios que afianzan sus redes de intercambio y colaboración con organismos públicos y privados.
Entre estos están con el Congreso del estado, la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad y las universidades Austral de Chile, Nacional de Luján de Argentina, de París, Francia, y Barcelona, España. En total la UAT tiene firmados 329 convenios de colaboración.