Tlaxcala forma parte de las 27 entidades del país afectadas por el escarabajo descortezador y se encuentra con nivel de riesgo alto, según la Alerta Temprana y Evaluación para Insectos Descortezadores 2020, emitida por la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
Explica que esta determinación se deriva de la información de la Serie VI de Uso de Suelo y Vegetación, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) 2017 y del Monitor de Sequía en México y del Pronóstico Climático de Temperatura para el mes de agosto de 2020 del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) 2020.
Asimismo, de datos correspondientes a Incendios Forestales 2019 (de la Comisión Nacional Forestal) y del registro de las Notificaciones de Saneamiento Forestal por afectación de insectos descortezadores, emitidas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) 2020.
De esta manera define que las zonas forestales de cuatro estados: Michoacán, Jalisco, Hidalgo y Durango, “presentan un riesgo muy alto”, por lo que en el mapa de la República Mexicana están marcadas en color rojo.
Mientras que otras 14 entidades: Oaxaca, Guerrero, México, Ciudad de México, Morelos, Tlaxcala, Puebla, Veracruz, Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí, Tamaulipas, Zacatecas y Chihuahua, “se consideran con riesgo alto”. Aparecen en tonalidad naranja.
En tanto, nueve estados: Chiapas, Colima, Nayarit, Aguascalientes, Nuevo León, Coahuila, Sinaloa, Sonora y Baja California, “presentan áreas con riesgo moderado” y se encuentran en color amarillo.
El resto de entidades federativas que cuentan con vegetación forestal de coníferas, “se determinan con riesgo bajo” y por tanto están marcadas en tono verde claro.
Si bien, esta Alerta no especifica la población de árboles afectados por esta plaga, tanto a nivel nacional como en cada uno de los estados, destaca que es una planta de importancia nacional, ya que después de los incendios forestales, es el segundo agente de mayor disturbo en bosques de clima templado en México, por la magnitud de superficie y cantidad de plantas dañadas.
Explica que los descortezadores son pequeños escarabajos que habitan debajo de la corteza del árbol y se alimentan del tejido que conduce los nutrientes del mismo. La forma del cuerpo varía de robusto a delgado, su longitud oscila desde 2.2 a nueve milímetros, y su color va desde rojizo, café rojizo, café, hasta el negro.
La evidencia de daños se observa cuando hay presencia de grumos de resina o escurrimiento de la misma en el fuste y/o ramas; o de desechos, con apariencia de aserrín, en la corteza, agrega el reporte relativo a agosto de este año.
También se manifiesta por cambios de coloración del follaje a verde amarillento o rojizo, y por la “presencia de galerías en la parte interna de la corteza”.
Los hospedantes (árboles) son de diversas especies de los géneros Pinus (ocote blanco, ocote chino y pino lacio, colorado, amarillo, blanco y real), Abies (oyamel), Cupressus (cedro blanco), Juniperus (táscate y/o enebro) y pseudotsuga (ayarin y/o pinabete).
Patentan herramienta que elimina 98 por ciento de la plaga
Por otra parte, a través de un comunicado de prensa difundido en la página oficial de Conafor, se puntualiza que este tipo de insectos debilitan al árbol o “pueden causar la muerte en muchas ocasiones”.
El tratamiento tradicional –apunta– consiste en derribar el arbolado afectado, quitar manualmente la corteza y quemarla, o bien, el uso de insecticidas; no obstante, en ambos casos las investigaciones determinaron que la efectividad “no es tan alta por el riesgo que implica que los escarabajos busquen nuevos hospederos”.
Por tanto, la Conafor anuncia que cuenta con una herramienta nueva que los elimina casi en su totalidad, la cual ya se encuentra patentada. Fue desarrollada por esta institución y la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh).
Este instrumento es resultado de una investigación para el control de insectos descortezadores en bosques de coníferas de la República mexicana. Además, “es capaz de eliminar” a otros bichos que se albergan dentro de las ramas o diámetros delgados.
Los proyectos de investigación iniciaron desde el año 2014 y concluyeron en 2017. “Una de sus principales actividades fue la de evaluar la descortezadora en los bosques de coníferas en diferentes partes del país”.
El estudio incluyó distintos tipos de grosor de corteza, con la finalidad de mejorar la parte técnica y ergonómica. Precisa que las pruebas se realizaron en bosques del norte, occidente y centro de la República mexicana, a fin de probar la efectividad del equipo en arbolado plagado en entidades con presencia de ataques.
El otorgamiento de la patente (el pasado 13 de julio) fue por el modelo “Dispositivo descortezador mecánico acoplable a motosierra para el manejo y control de insectos descortezadores de coníferas y para descortezar trozas con fines maderables”, tramitada ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
Consiste en un dispositivo descortezador mejorado tanto en la parte ergonómica (mayor comodidad y seguridad para quien la use) como en la mecánica, donde se adicionaron elementos que permiten mejorar el tiempo de trituración de las cortezas de los árboles y eliminación de la plaga en 98 por ciento.
Puntualiza que las investigaciones comenzaron con el apoyo a un proyecto presentado por la UACh a través de los científicos David Cibrián Tovar y Sergio Arturo Quiñónez.
La Conafor indicó que esta nueva tecnología resulta una alternativa dentro de los métodos físico-mecánicos que establece la NOM-019-SEMARNAT-206, para el combate y control de plaga de insectos descortezadores.
“Dentro del corto plazo será una opción de transferencia de tecnología para los ejidos y comunidades forestales que presenten este tipo de problemas en sus bosques”.
En días pasados, Odilón Paredes, propietario de predio forestal en Acuamanala y activista ambientalista, alertó que alrededor de 15 mil árboles del Parque Nacional Malinche presentan un daño irreversible debido a esta plaga.
Señaló que el descortezador ha afectado la franja de municipios localizados en este volcán, desde San Pablo del Monte hasta Tlalcuapan, Chiautempan, pero con un mayor grado en San Cosme, Acuamanala, Ayometla y Teolocholco.
Asimismo, aseveró que las autoridades correspondientes para atender esta problemática en los bosques de la entidad, “la han minimizado”, además de que falta comunicación y coordinación para resolverla. Resaltó que el cambio climático favorece la propagación de este insecto, pues cada 40 días se multiplica por mil.