Sábado, febrero 8, 2025

Organización matricial. Modelo para Facultades

Organización matricial es un modelo de administración académica que combina tanto la estructura funcional tradicional como la divisional. Las facultades se organizan con base en cuerpos académicos y programas educativos para el desarrollo estratégico de la investigación y la formación de profesiones.

Entre las características que distinguen la organización matricial se reconoce que las facultades se centran en áreas específicas de conocimiento o funciones. Ciencias sociales, ciencias de la salud, humanidades, educación, etc., en los que se produce conocimiento y se forman profesionales.

En todas y cada uno de ellas se forman grupos de trabajo denominados –en el caso actual de las universidades– cuerpos académicos. Que son grupos de profesores–investigadores que desarrollan líneas y proyectos de investigación que deben servir directamente a la enseñanza.

Entre los liderazgos de los cuerpos académicos y las coordinaciones de los programas educativos la comunicación fluye. Tanto vertical –de arriba hacia abajo y viceversa– como horizontalmente –de izquierda a derecha y viceversa–, lo que fomenta la colaboración y coordinación en el desempeño de las funciones sustantivas.

Esto posibilita una mayor flexibilidad y adaptabilidad de las facultades para responder ante los cambios del entorno educativo, las demandas del mercado laboral y las necesidades de los estudiantes en el cultivo del talento que es la tarea central del Modelo Humanista Integrador basado en Capacidades (MHIC).

La praxis demanda cambio en la organización

Una particularidad de las facultades es que se organizan alrededor de programas educativos. Lo que es fácilmente observable en el nombre que llevan las mismas que se constituyen en un agregado de profesiones. Cada uno de ellos con un coordinador y una serie de funciones que dependen del mismo.

Al incorporarse los cuerpos académicos y contar con un líder, los profesores de tiempo completo con perfiles mínimo –maestría– y deseable –doctorado–, se acuerpan con base en su interés con poca relación a las profesiones. La aspiración es convertirse en investigadores y alejarse de la docencia.

El diseño e implementación del Modelo Humanista Integrador basado en Capacidades (MHIC) planteó un reto importante, al poner a la praxis en el centro de los procesos de formación profesional:

Praxis como elemento del currículum que vincula la teoría con la práctica, promoviendo que lo que se aprende en el aula se aplique gradualmente en cada campo profesional, buscando que la acción profesional contenga el cumplimiento de una función social. (Ortiz y Díaz, 2023, pág. 60).

Se entiende la praxis como unidad dialéctica entre la teoría y la práctica, en la que lo determinante es la práctica, ya que es a través de ella donde se inicia el proceso de aprendizaje y producción de conocimiento en una permanente espiral ascendente que nunca termina y que amplía el conocimiento del sujeto al tiempo que incide en el cambio de la realidad.

Los perfiles profesionales identifican las prácticas dominantes y emergentes a las que los estudiantes deben acercarse de forma paulatina relacionando teoría y práctica. El acercamiento debe sustentarse en evidencia de carácter científico y desarrollarse a través de experiencias de investigación aplicada o investigación acción que posibiliten no solo el aprendizaje sino también la atención de problemas de relevancia social a través del servicio.

Un caso paradigmático de organización matricial

El hecho de que las profesiones que se ofrecen en la Facultad de Ciencias para el Desarrollo Humano (FCDH) sean científico–prácticas, las maestrías de carácter profesionalizante y el doctorado en ciencias aplicadas estimulan el acercamiento entre los cuerpos académicos y las coordinaciones de los programas educativos para alinear la investigación con la formación profesional y el servicio (investigación/docencia/extensión).

El desarrollo del conocimiento científico demanda el concurso de una multiplicidad de disciplinas. La alta especialización del personal académico a veces apunta en direcciones contrarias que es necesario conciliar para transitar de lo disciplinar a lo multi, inter o transdisciplinar.

Esto permite conjugar los esfuerzos de profesores dedicados a distintas áreas cognoscitivas y enfocarlos al logro de la misión. A esta nueva forma de funcionamiento se le conoce como matricial. La que opera en dos dimensiones: la primera comprende las dependencias universitarias donde están adscritos los profesores, mientras que la segunda contiene los programas educativos que se atienden (Del Río, 2002).

Como señala Del Río (2002, pág. 9), esta forma de organización permite al cuerpo académico de la facultad:

– Abordar problemas comunes que demandan las prácticas de las profesiones desde la diversidad de profesiones en que fueron formados los académicos.
– Estimular la discusión científica de temáticas comunes en el ámbito filosófico, epistemológico, teórico y metodológico que posibiliten la experimentación de nuevas formas de abordajes de las problemáticas.
– Fortalecer el desarrollo de líneas de generación y de aplicación del conocimiento a través de proyectos colegiados e individuales que fortalecen el trabajo individual y colegiado.
– Optimizar los recursos de apoyo académico –laboratorios, archivos, bibliotecas, equipos especializados, etc.–, y
– Amplificar los contactos externos y la participación en redes de todos y cada uno de los profesores, con lo que se amplían los contactos nacionales e internacionales.

La matriz de lo matricial en Desarrollo Humano

Los cuerpos académicos y las coordinaciones de programa educativo se convierten en los dinamizadores del trabajo académico. Los cuerpos académicos desarrollan líneas y proyectos de investigación que enriquecen la evidencia científica en la que se basan las prácticas de las profesiones. Las coordinaciones articulan la formación.

El trabajo académico de producción y transmisión de conocimientos posibilita el cultivo de capacidades básicas e internas de las y los estudiantes. Pero, también de los académicos de carrera integrados en los cuerpos académicos. Y, demanda de estrategias didácticas como el aprendizaje por proyectos o el aprendizaje–servicio.

Esto determina que las problemáticas que se abordan en los proyectos de praxis estén estrechamente relacionadas con los problemas del entorno. Lo que obliga a la prestación de servicios que incidan en la modificación de condiciones individuales y colectivas de la sociedad que sostiene a la universidad.

La articulación de la investigación–docencia posibilita la producción de nuevos conocimientos que son socializados a través de eventos que tienen larga data en la facultad. El Congreso Internacional de Investigadoras e Investigadores en Familia, el Coloquio Internacional de Educación Especial y el Congreso Latinoamericano sobre Envejecimiento.

Aunque la organización matricial ofrece muchas ventajas, genera desafíos de coordinación y conflicto debido a la necesidad de equilibrar las prioridades de los programas educativos y las líneas y proyectos de investigación. La claridad en los roles y responsabilidades, así como una comunicación efectiva, son fundamentales para mitigar estos problemas. En la práctica esto perfila un modelo de carácter matricial en la Facultad de Ciencias para el Desarrollo Humano.

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