Sin la corresponsabilidad de la familia, en los cerca de 170 días que las niñas, niños, adolescentes y jóvenes pasan en la escuela no hay forma de corregir lo que no se atiende en el hogar, aseveró Homero Meneses Hernández, titular de la Secretaría de Educación Pública del Estado (SEPE).
Repasó que se han realizado las adecuaciones necesarias para atender de la mejor forma y construir entornos escolares seguros, hacia una cultura de paz y buscar alternativas de solución para generar un ambiente libre de violencia.
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Remarcó que en la actualidad se fortalecen estas acciones a través del programa Entornos Escolares con Bienestar, cuya primera fase es apoyada en un sistema de alertas, a efecto de que mil 791 directores de escuelas de educación básica y media superior registren 15 protocolos sobre la incidencia que permita detectar conducta suicida, riesgos de amenazas, violencia escolar, accidentes, entre otros, para mapear una estadística más confiable en tiempo real e intervenir y crear política pública que proteja a este ámbito.
Asimismo, para brindar capacitación a directivos y actualización permanente de protocolos, agregó. Pero subrayó que para el año próximo se implementarán las brigadas de atención con una inversión de alrededor de 12 millones de pesos.
Se prevé que a este esquema se le denominará “brigadas o patrullas de entornos escolares con bienestar” para que en casos de emergencia se acuda “en restablecimiento de la paz”, ya que estarán conformadas por dos psicólogos, dos trabajadores sociales y un abogado y estarán apoyadas por las 37 clínicas de las emociones.
En el Diálogo Circular con medios de comunicación, efectuado en la Coordinación de Comunicación del gobierno estatal, el secretario presentó otra estrategia de este mismo programa, relativa a las tareas asignadas a padres y madres de familia así como a tutores y cuidadores, para la revisión de mochilas y el conocimiento de los entornos escolares de sus hijos e hijas.
Es decir -añadió-, que sepan los nombres completos de sus amigas y amigos, redes sociales, domicilio y familia. Al mismo tiempo, reiteró que
“no buscamos que el tema de la mochila sea una revisión institucionalizada”, lo que se pretende es que suceda en las familias, “no para ver qué tienen sino por qué lo tienen”, y que también sea un pretexto de conversación.
Recalcó que se necesita que las familias sean corresponsables de la seguridad y bienestar emocional de sus hijos e hijas que están en la escuela “a lo mucho 185 días al año, que en realidad en promedio son 170 días por las distintas suspensiones, y están de cuatro a cinco horas” diariamente, pero el resto de los 365 días y de las 24 horas, están en su casa.
Apuntó que también se busca la creación de redes de apoyo de seguridad en los entornos escolares, y que se refuercen los lazos conectivos y afectivos. Insistió que padres y madres de familia deben asistir cuando son convocados para que asistan al plantel, principalmente del nivel básico, ya que en ocasiones nada más es de entre 30 y 40 por ciento.
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Recalcó que “si no hay familia en comunicación y seguridad en las escuelas no hay forma, no hay manera de que nosotros en 175, en 170 días, cuatro horas al día, podamos corregir algo que no se atiende en el hogar”.
Remarcó que no hay herramientas legales para realizar el “operativo mochila” y que lo importante es el proceso de conversación entre padres e hijos. En el caso de la expulsión o exclusión del alumno como mecanismo de corrección de conductas, dijo que “nunca es la solución”.
El secretario insistió que en lugar de este tipo de procedimientos se rescate a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, pues “si no tenemos fe y esperanza” en que el sistema educativo y la sociedad pueden hacerlo, en lugar de encarcelarlos y expulsarlos, “quiere decir que esta sociedad ha fracasado”.
