La Secretaría de Planeación y Finanzas (SPF) del gobierno del estado determinó que la propuesta de presupuesto de los tres poderes del Estado debe ser menor a la de 2012, lo que significa ubicar el punto de partida en el gasto de 2011.
Dos de las cosas destacables que en el primer año de administración hizo el gobierno priista fueron: 1) el descenso en el monto del Impuesto por Tenencia de Automóviles y 2) el incremento de los recursos propios de 147 millones a 229 millones de pesos.
Las participaciones federales no han caído a lo largo de estos tres años, al contrario han crecido en alrededor de 2 mil millones de pesos; según el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, pasan de 10 mil 622 a 12 mil 468 millones de pesos.
Dos de los mayores problemas que registra el gobierno local son: 1) el 96 por ciento de los recursos públicos que ejerce llega etiquetado, lo que les deja muy poco margen de maniobra y 2) la mayor parte de lo transferido es para gasto corriente.
Tlaxcala es una de las pocas entidades que no ha buscado el camino de la deuda, que en la mayor parte de las entidades federativas ha resultado traumático, lo que habla bien de la responsabilidad del gobierno.
El anuncio hecho por la SPF provoca la percepción en la ciudadanía de que algo no están haciendo bien los priistas, lo que lamentablemente lleva a comparar con la visión que se tenía del gobierno anterior, en donde hubo suficientes “obras y sobras”.
Así como se ha realizado una reingeniería en la administración pública, debería producirse un cambio en la forma en que se define el presupuesto para posibilitar mejores resultados, porque hasta ahora el cambio no se ve ni se siente en los bolsillos tlaxcaltecas.
Cambia el partido en el poder, se aplica un nuevo Plan Estatal de Desarrollo, se crea un discurso de nuevas prioridades, pero el presupuesto sigue siendo el mismo y distribuido de la misma manera. ¡La novedad es que no hay cambio!