Ni la burla perdonan los integrantes de los tres poderes del Estado, quienes mantiene más que secuestrada la elección de magistrados y jueces del Poder Judicial y de los órganos jurisdiccionales administrativos y laborales de Tlaxcala.
Desde antes, solo ellos saben ya los nombres de las personas que a partir del 1 de septiembre ocuparán las 13 magistraturas tanto del TSJE, TJA y TCA, así como del Tribunal de Disciplina Judicial, además de las titularidades de los 23 juzgados de distrito, así como de quienes ostentarán los dos espacios del Tribunal de Enjuiciamiento Colegiado.
El proceso electivo convocado y realizado para que fuera el pueblo bueno quien eligiera a los juzgadores, ha quedado como una burla y mofa a la democracia y a la sociedad.
Basta con ver la lista parcial de finalistas, en la que no solo aparece el exchofer de la gobernadora encabezando la lista para ser impuesto como juez, sino que también están familiares y personajes allegados a esa oligarquía que ha mal gobernado Tlaxcala y que no hace mucho era llamada la mafia del poder.
Y, desde luego, la tentación de imponer a servidores públicos ligados al actual régimen, así como a militantes de Morena, anteponiendo con ello los intereses de poder político, económico y, desde luego, legal, a la capacidad e imparcialidad de las personas que deben integrar los órganos jurisdiccionales.
Hace mucho, el Poder Judicial –como el Legislativo– entregó su autonomía al Ejecutivo, pero ahora, ni la burlan perdonan; están por gastar cerca de 100 millones de pesos para solo legitimar la imposición de personajes afines al régimen como nuevos juzgadores, lo que seguramente generará todavía más problemas de impunidad, corrupción y opacidad en la impartición de justicia en Tlaxcala, mientras que el pueblo bueno se joda aún más.
En tanto, un evento de cultura taurina reunió, no solo en fotografía, sino en los hechos, a las dos senadoras que en la actualidad tiene Tlaxcala y aspirantes a la gubernatura. La morenista Ana Lilia Rivera Rivera y la priista Anabell Ávalos coincidieron en ese encuentro y se les vio muy contentas, quizá sea el preámbulo de lo que podría ser el proceso electoral del año 2027.