La pandemia del Covid-19 ha complicado aún más la situación de campesinas jefas de familia; por un lado, se les restringe en la venta de sus productos y, por otro, son despedidas del empleo alterno; de ahí que es urgente que los gobiernos estatal y federal no las abandonen “y les devuelvan los programas sociales”, urgió Catalina Flores Hernández, dirigente estatal de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA).
La Situación es “demasiado difícil“, pero tampoco hay apoyos, “las compañeras ya no saben qué hacer; la gente que salía a vender sus productos, hoy ni siquiera tienen esa posibilidad; los tianguis donde ofrecían sus productos están cerrados”.
Enfatizó que en este momento “el campo y ellas están abandonados” y existe incertidumbre “porque no sabemos qué vaya a pasar con estas familias, esto está hecho un caos”.
Expresó que esta pandemia mundial del Covid-19 es lamentable, pero “muchos se están aprovechando, se desobligan y desatienden todos los problemas derivados, particularmente de lo que acontece a mis compañeras”.
No se tiene con precisión el número de hogares tlaxcaltecas con jefas de familia campesinas; sin embargo, varias de ellas que desempeñan otras actividades alternas a las de la agricultura a fin de mejorar el gasto, ya han sido despedidas, afirmó.
A esas mujeres –apuntó– les han cortado la posibilidad de sacar adelante a sus hijos, por eso es que su condición se ha tornado mucho más complicada “y ya no hallan qué hacer, para dónde correr”, porque ahorita carecen de oportunidades para satisfacer al menos las necesidades básicas. “Lo que ellas saben hacer es trabajar el campo, elaborar sus artesanías, vender sus productos, pero no les permiten instalarse”.
Reprochó que en el sexenio pasado aún funcionaban algunos apoyos dirigidos a las productoras agropecuarias, pero también otros a los que podían acceder, como el Fondo de Apoyo para Proyectos Productivos en Núcleos Agrarios (Fappa).
“De hecho, el tema se trató este martes en una reunión con varias agremiadas a la CNPA, en la que se hizo un repaso de los beneficios que operaron anterior a la administración actual; las compañeras mencionaron que si bien esos programas no resolvían la vida ni los problemas económicos del sector, hoy es triste ver y reconocer que tampoco eso hay, al contrario, se habla de la cancelación del de fertilizante para Tlaxcala“.
Criticó que todos los recursos públicos sean orientados a la atención de diversas situaciones derivadas de la emergencia sanitaria por Covid-19, “pero están dejando en total abandono e indefensión al campo”.
Los programas Sembrando Vida o Jóvenes Construyendo el Futuro “no están mal“, sin embargo, son insuficientes para cubrir la parte social, “la que antes se tenía y que permitía a la gente sobrevivir de ahí… hoy no hay ni mejorales ni paliativos”, resaltó.
Estas condiciones no pueden continuar así, por eso –acentuó– exigimos al gobierno federal y al estatal “que no se laven las manos; estamos de acuerdo en que hay que combatir la corrupción y muchas cosas negativas que vienen del pasado, pero eso no les da derecho de cancelar apoyos sociales”.
Remarcó que con este tipo de políticas se afecta a millones de mujeres y en el caso de Tlaxcala a cientos de ellas que son jefas de familia. Pidió a funcionarios, sobre todo federales, más congruencia y claridad porque “un día dicen una cosa sobre los apoyos y otro día salen con algo diferente, ya no sabemos si creerles o no, deben hablar con la verdad y decir lo que realmente está pasando”.
Flores Hernández comentó que entre las mujeres del sector rural existe temor de que a raíz de la pandemia haya un incremento en el vandalismo y en la inseguridad en general. “Exigimos que haya recursos, de manera directa, porque la situación viene muy difícil… que se tome en cuenta a las campesinas y les devuelvan los programas sociales”.