El proceso electoral por la gubernatura ya está más que avanzado, por eso las dirigencias nacionales de las diversas fuerzas políticas hacen los movimientos de sus dirigencias, con la ilusión de fortalecerse, aunque la mayoría de esos enroques son imposiciones que ponen en riesgo a sus respectivas franquicias electorales.
Movimiento Ciudadano emitió la convocatoria para elegir a su nueva dirigencia estatal y aunque muchos se frotaban las manos para ocupar el cargo del líder que todavía ostenta, Refugio Rivas Corona, lo cierto es que la imposición ya está hecha. La nueva coordinadora será la empresaria Danae Cecilia Figueroa Martínez, ex candidata a diputada federal.
Ella tendrá que entender que la política no es un negocio personal; deberá dejar las imposiciones y sumar voluntades, sobre todo, porque ante la grave condición de salud que enfrenta su líder nacional, Dante Delgado Rannauro, muchos quedarán huérfanos y los reacomodos serán drásticos, poniendo en peligro su permanencia en el juego electoral.
En el PRI, casi por la misma vía, llegará Enrique Padilla a la dirigencia estatal. Su unción está hecha, por la ex mandataria Beatriz Paredes Rangel, con el beneplácito de Alejandro Moreno; solo falta oficializarla. Su llegada generará, de entrada, más dolores de cabeza, escisiones y hasta renuncias, que bienaventuranzas.
El ex funcionario de gobiernos panistas, priistas y morenistas tendrá un enorme reto, para el que deberá poner en práctica sus buenos oficios y sus relaciones para sacar de terapia intensiva al PRI, aunque para ello use como desfibrilador una eventual alianza con Morena para los próximos comicios locales.
Los movimientos podrían alcanzar a Morena, ya que la imposición del ex funcionario lorenista, Moctezuma Bautista, como delegado en funciones de presidente, generó repudio en la dirigencia nacional. A su carencia de cualidades para ese cargo, también alertaron que no reúne con uno de los requisitos legales para ocupar dicha posición: ser consejero estatal.
En las próximas semanas podría ser depuesto del cargo y en su lugar sería ungida la ex diputada local, Marcela González Castillo. Solo falta que ella acepte y que la senadora Ana Lilia Rivera no inicie una revuelta por ello, ya ve esa jugada como un gran obstáculo en sus aspiraciones gubernamentales.
Los movimientos podrían llegar al Ejecutivo local; la gobernadora se promueve para tener cabida en el gobierno federal; las posibilidades que ahora tiene son mínimas, pero nada se puede descartar.