Aunque, el Mecanismo de Protección Integral de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas no es 100 por ciento seguro, al menos significa “una lucecita en medio de todo el laberinto de oscuridad”, consideró Elías Dávila Espinoza, representante legal del Albergue la Sagrada Familia (Asafam).
A casi seis años del ataque a oficinas de esta casa para migrantes en la ciudad de Apizaco, pues en septiembre de 2019 fue provocado un incendio, esta organización de carácter civil se mantiene desde entonces en dicho dispositivo federal.
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Puntualizó que derivado de esa situación, en el Asafam continúa la vigilancia policíaca de manera constante, además de la videovigilancia a través de cámaras y de que hace algún tiempo contó con un botón de pánico.
“Pero muchas veces cuántas personas que han estado en el mecanismo han sido asesinadas”, lamentó el también párroco de la iglesia de Cristo Rey, colindante con el albergue, en la Colonia Ferrocarrilera.
“Dijeramos que esto es una defensa 100 por ciento segura, pues no, vemos en la práctica que no es así, pero esperemos que sea al menos una lucecita en medio de todo el laberinto de oscuridad, que haya aunque sea un mínimo de seguridad”, confió.
Remarcó que todavía hay quienes de manera desinformada responsabilizan al Albergue La Sagrada Familia y a la población migrante de sucesos que acontecen en las inmediaciones de esta colonia.
Dijo que si bien el Asafam no ha realizado ninguna propuesta para renovar el mecanismo federal de protección ni prevé presentar alguna en un futuro cercano, reconoció que lo ideal es que haya una mejora.
Resaltó que se requiere garantizar la integridad, no solo de defensores de derechos humanos sino también de las personas que ejercen el periodismo, ya que varios han sido asesinados por desempeñarse en esta área y uno del mundo donde más violencia se comete contra este gremio.
“Ojalá que el mecanismo busque la manera de cómo proteger” a ambos grupos, ya que las agresiones también han alcanzado a madres buscadoras de sus hijos o familiares desaparecidos, así como a sacerdotes defensores.
Acentuó que en el país hay instrumentos de este tipo, pero que en los hechos “marcan otra cosa”, pues la protección no se ha garantizado ni a personas que son públicamente conocidas y reconocidas.
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Agregó que desde hace más de cinco años, poco antes de la pandemia de Covid-19, el Asafam se encuentra en el mecanismo federal, a partir del incendio causado a las oficinas e intimidaciones hacia representantes y voluntarios.
Anotó que representantes de ese dispositivo han intervenido en problemas locales entre esta casa y autoridades municipales, incluso, han condenado las posturas que en su momento fijaron el ayuntamiento y los vecinos en torno a la presencia de migrantes.
“Pero los más vulnerables son los periodistas, porque cualquier autoridad del color que sea los ataca”, agregó. “Sin embargo, nosotros seguimos nuestra tarea”.
Por ello, reiteró que espera que la nueva administración de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) “se perfeccione para que los derechos humanos sean el centro de toda la vida”, pues su labor es importante para evitar agresiones a cualquier sector de la población.