Viernes, octubre 4, 2024

Los contextos de machismo que enfrentan las presidentas municipales

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En estas fiestas de Independencia pasadas, hubo alusiones a las mujeres que hacen historia dando el grito en sus municipios como presidentas municipales, ya que en varios de estos es la primera vez que una mujer ocupa el cargo frente a un ayuntamiento. Lo que ha sido el resultado no sólo de las acciones afirmativas que han obligado prácticamente a que los partidos políticos asuman su responsabilidad frente a las oportunidades para la participación política de las mujeres en igualdad de condiciones, lo que ha costado verdaderamente para cumplir con el principio de paridad que se estableció a nivel constitucional en el año 2014.

Cada vez se hace más visible la presencia de las mujeres en los espacios de toma de decisiones, incrementándose a lo largo del país, aunque aún se hacen visibles las condiciones en las cuales las mujeres enfrentan los procesos durante estas contiendas o una vez tomado el cargo, observando en los diferentes niveles formas de violencias ejercidas contra ellas y la gran falta de acompañamiento y respuesta institucional, siendo otra forma de violencia que se mantiene en la impunidad al no garantizarles el acceso a la justicia; además de la invisibilización, recordemos las declaraciones tan lamentables de la misma directora del Instituto Nacional de las Mujeres diciendo que “aguantara vara”, que no todo es violencia política.

De acuerdo con la información pública, el ámbito municipal es uno donde prevalecen múltiples resistencias, lo cual ha significado que, si bien exista un aumento de mujeres en las presidencias municipales, su presencia en dicho cargo todavía se encuentra lejos de llegar a la paridad. La presencia de las mujeres en el ámbito municipal permite atender las realidades y necesidades específicas de las mujeres; sin embargo, lo hacen frente a un contexto cultural y social lleno de estereotipos de género, que suele ser más exigente con las mujeres y que suele exponerlas a situaciones que los hombres no enfrentan; lo que deja expuesto el nivel de machismo que aún prevalece en la población y en las instituciones.

Aunque en el estado se ha observado un aumento en la presencia de las mujeres electas en el ámbito municipal, poco se han visibilizado a aquellas mujeres que lograron acceder a estos cargos ante contextos aún más machistas y sin la existencia de acciones afirmativas como la de paridad; como Rebeca Torres Ortega, durante el periodo de 1954 a 1956; Rufina García Vélez, de 1971 a 1973, obtuvieron el voto a través de la elección popular; a diferencia de los cargos que son designados por el Ejecutivo, donde las mujeres también han accedido a puestos públicos y/o de toma de decisiones, implica un trabajo de acercamiento a la ciudadanía, conocimiento de los contextos locales y enfrentar las prácticas machistas de quienes votan.

Siempre es importante reconocer y visibilizar los avances en los derechos de las mujeres, sin embargo, es necesario también reconocer y visibilizar los retos, obstáculos y dificultades que las mujeres viven en los diferentes espacios, lo que permita seguir fortaleciendo las acciones para la garantía de estos derechos y no minimizar las condiciones que, incluso, han sido denunciadas, pero en la gran mayoría no han recibido atención adecuada; por lo que se requiere contar con acciones de seguimiento y acompañamiento estratégico para disminuir las situaciones de riesgo, discriminación y violencia, así como para seguir modificando las estructuras misóginas y machistas que prevalecen no sólo en lo comunitario, sino también en las instituciones.

Además de los obstáculos que muchas enfrentan para poder siquiera participar, ya que en algunas comunidades siguen prevaleciendo las condiciones sociales, impuestas por los hombres para que las mujeres no accedan a estas posibilidades, o bajo condiciones como el matrimonio, perpetuando los roles y estereotipos de las mujeres para el espacio privado y manteniendo la brecha aún bastante amplia en la participación política y pública de las mujeres.

Para esta administración que inició hace unos días, serán 16 los municipios que tengan al frente a una mujer, claramente un aumento a los años anteriores; esto no es garantía de que en estos municipios se vea reflejado de manera inmediata el avance de los derechos de las mujeres, es un trabajo en todos los niveles, y a nivel estatal aún son mínimas las acciones a nivel institucional.

Independientemente de los municipios encabezados por mujeres, es un pendiente que en este ámbito se empiece a atender la Alerta por Violencia de Género, pues el desconocimiento es amplio; la gran mayoría de autoridades municipales de la anterior administración simplemente no generó acciones en este marco, a pesar del aumento en los delitos cometidos contra las mujeres, lo que no ha cambiado dada la apuesta política que sigue negando las condiciones de violencia e inseguridad para las mujeres.

Sin duda, estos avances en los cargos públicos refleja los impactos positivos de las acciones afirmativas, de las luchas de los movimientos de lucha por los derechos de las mujeres, del trabajo de incidencia, de los procesos de empoderamiento y oportunidades hacia las mujeres para presentar sus propuestas y acceder a estos cargos, quienes han podido construir con tiempo y apoyo sus candidaturas, no sólo como obligación de cumplir con las acciones afirmativas y muchas veces no tienen el impacto esperado, sabiendo que no tienen oportunidades, sin contar con el respaldo del partido y que no se construyen procesos para alcanzar estos avances.

De manera general, continúan presentes los obstáculos para las mujeres, permanecen negando capacitaciones para las mujeres de los partidos, con el fin de llegar preparadas, con conocimiento profundo sobre las realidades y necesidades de las mujeres en los diversos contextos; sin embargo, de acuerdo con informes que se han hecho, como ONU Mujeres, permanece una exigencia hacia las mujeres de contar con capacidad, experiencia y lealtad, a diferencia de los hombres, siendo víctimas de hostigamiento sexual y desacreditación. Al final, el machismo sigue tan presente como hace 100 años, pues las burlas hacia las presidentas municipales estuvieron presentes en este grito de independencia, y estos es parte de la violencia política en razón de género que está presente y no debemos minimizar.

*Colectivo Mujer y Utopía A. C.

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