El alcoholismo en México ha dejado de ser un problema individual para convertirse en una crisis de salud pública con graves repercusiones económicas y laborales. Según María de Lourdes Mendoza Vázquez, presidenta de la Junta de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos, Sección México, esta problemática está completamente normalizada en la sociedad, lo que agrava sus efectos.
“El alcohol se ha vuelto parte de la vida cotidiana al grado de que parece un producto de la canasta básica”, señala Mendoza. Su disponibilidad en tiendas de autoservicio y el fácil acceso para menores han contribuido al incremento del consumo en edades tempranas, donde jóvenes de 10 a 12 años ya lo han probado.
Mendoza señala que las consecuencias del alcoholismo no solo afectan a la salud individual, sino que también impactan en la estabilidad económica y laboral de quienes lo padecen. “El ausentismo laboral relacionado con el consumo de alcohol ha aumentado un 14 por ciento”, explica. Además señala que muchos empleados buscan incapacidades tras fines de semana de consumo excesivo. “En las clínicas del Seguro Social y otras, los días lunes están más saturadas porque llegan muchas personas a buscar la famosa incapacidad que les justifique el día por no poder asistir”.
El abuso del alcohol es un factor determinante en accidentes de tránsito. En 2023, el 15.3 por ciento de los conductores superó el límite permitido de alcohol en la sangre en fiestas decembrinas, y ese mismo año sucedieron 40 mil muertes reportadas por accidentes de tránsito en el país, siendo principalmente jóvenes entre 15 y 29 años.
El entorno familiar también juega un papel clave en la perpetuación del consumo. “Muchos padres permiten que sus hijos beban en casa con la idea de que es más seguro. Sin embargo, esto sólo refuerza la idea de que el alcohol es una parte aceptable de la vida diaria”, advierte Mendoza, en entrevista.
Desde un enfoque médico, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce el alcoholismo como una enfermedad progresiva e incurable. “Las personas en recuperación no se curan, solo detienen el avance de su enfermedad. Si no reciben ayuda, las consecuencias se agravan con el tiempo”, puntualiza la experta.
El impacto económico del alcoholismo también se refleja en los costos que implica para el sector salud. “El 70 por ciento de los accidentes fatales está relacionado con el consumo de alcohol, lo que significa un gasto millonario en atención hospitalaria y rehabilitación”, expone.
Alcohólicos Anónimos (AA) trabaja en conjunto con instituciones públicas y privadas para ofrecer apoyo a quienes buscan rehabilitación. “Tenemos presencia en hospitales, centros penitenciarios y escuelas para llevar nuestro mensaje”, explica.
El reto más grande, según la especialista, es la prevención. “El gobierno debe reforzar programas que lleguen a más personas, sobre todo jóvenes, quienes cada vez consumen alcohol a edades más tempranas”, enfatiza.
Para quienes buscan ayudar a un ser querido con problemas de alcoholismo, Mendoza recomienda acudir a un grupo de AA. “El alcohólico rara vez reconocerá su problema por sí solo. Pero los familiares pueden dar el primer paso acercándose a un grupo de apoyo”, sugiere.
AA ofrece diversas vías de contacto para quienes necesiten ayuda. “Pueden llamarnos al 5557055802 o visitar nuestra página www.aa.org.mx para encontrar un grupo cercano. Siempre habrá alguien dispuesto a tender una mano”, concluye Mendoza.
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