Una limpia de chiqueros o corrales deben hacer las dirigencias estatales de los distintos partidos políticos, sobre todo de aquellos militantes vividores que, sin identidad, compromiso, respaldo y trabajo, buscan ya hacerse de las posiciones de privilegio y desde ahí, por la vía de la representación proporcional, quieren llegar a una diputación local y federal.
Las dirigencias partidistas, hoy más que nunca, deberán hacer una limpia y sacudirse a esos personajes, para que, a través de un análisis, esos espacios, generalmente utilizados como moneda de cambio o negociación, sean asignados a quienes deberán defender plataformas y proyectos políticos, y no solo lleguen al cargo, como ahora, por intereses y ganancias personales.
La primera posición de la listas de diputaciones plurinominales, en las últimas legislaturas, ha servido de muy poco a los partidos políticos que las representan. Incluso, esas curules son usadas en contra de los intereses y designios de las fuerzas electorales que los impulsaron.
Ejemplos de ello hay muchos; sería interminable enlistar a los congresistas plurinominales que traicionaron a sus partidos y alianzas, solo por un plato de lentejas, porque terminaron congraciándose y sirviendo al poder en turno.
En la actual Legislatura, solo por mencionar un caso, está la diputada Alejandra Ramírez Ortiz. Arropada por la alianza Unidos por Tlaxcala, en el pasado proceso electoral, fue férrea crítica de la entonces candidata a la gubernatura de la coalición Juntos Haremos Historia. Pero como el pasaje bíblico, negó a sus otrora aliados más rápido que cantó el gallo y ahora sucumbe al Poder Ejecutivo, de cuya titular ya hasta se hizo comadre.
Ahora, la representante del PAC es la principal defensora del proyecto gubernamental, sin atender los orígenes de su curul y promueve ya la alianza de su partido con Morena en la próxima contienda electoral.
No es el único caso. El resto de los partidos de oposición, en su mayoría, viven en las mismas.
Por ello, a casi cuatro meses de que inicie el proceso electoral local, las fuerzas electorales deben analizar muy bien a sus perfiles, porque no deben olvidar que la función de esos legisladores es, entre otras, defender los intereses del partido que los postuló, siendo ellos quienes le otorgaron el puesto dentro del Congreso de la Unión o en las legislaturas locales.