Ley del Sistema Nacional de Cuidados es una iniciativa que aborda de manera integral las necesidades de cuidado de las personas en México. En un contexto donde existen desigualdades estructurales y profundas en términos de género, economía y sociedad.
Esta ley reconoce que el trabajo de cuidados ha sido tradicionalmente invisibilizado. Realizado por mujeres en el ámbito doméstico de manera no remunerada. Lo que perpetua una distribución desigual de las responsabilidades y limita las oportunidades de participación económica, educativa y política de las mujeres.
El reconocimiento de los cuidados como un derecho humano y su inclusión en las políticas públicas son cruciales hacia la equidad de género y la justicia social. Además, la ley se coloca en un contexto global donde varios países han establecido sistemas nacionales de cuidado.
Organizaciones internacionales como la ONU y la CEPAL enfatizan la importancia de desarrollar infraestructuras de cuidados sólidas. Para garantizar el bienestar de las poblaciones más vulnerables y fomentar un desarrollo económico más inclusivo (ONU Mujeres, 2021).
México ha tomado el ejemplo de estos países al proponer un marco legal que organiza y regula la provisión de cuidados. Al establecer la corresponsabilidad entre el Estado, el mercado y las familias.
Conceptualización del Sistema de Cuidados
En un principio, el trabajo de cuidados se enfoca en las relaciones familiares y el papel de las mujeres en el hogar. Que han sido responsables de garantizar el bienestar de los miembros de la familia desde la infancia hasta la vejez (Graham, 1983).
No obstante, esta función ha sido descuidada debido a que se considera una extensión de las responsabilidades “naturales” de las mujeres. En lugar de un trabajo que requiere tiempo, esfuerzo y habilidades. Las teóricas feministas critican este enfoque, argumentando que el cuidado debe ser reconocido tanto como una actividad productiva como una actividad moral y relacional.
Los cuidados han sido incorporados en los sistemas de bienestar de los países como un derecho social que debe ser protegido por el Estado en el ámbito de la política pública. Según Daly (2002), el cuidado no solo implica brindar atención física y emocional a las personas, sino también proporcionar servicios que garanticen una distribución equitativa de estas tareas.
La creación de infraestructuras públicas que permiten a las familias acceder a servicios de cuidado infantil, atención a personas mayores o con discapacidad, entre otros, ha sido un medio para abordar el trabajo de cuidados en muchos países. Este enfoque coloca al cuidado en el centro de las políticas de bienestar, reconociendo su importancia para sostener la vida cotidiana.
La Ley General del Sistema Nacional de Cuidados en México sigue esta línea de pensamiento al proponer un sistema que reconozca la importancia del cuidado y lo organice de manera que no solo recaiga en las mujeres. La ley representa un hito en el reconocimiento de derechos fundamentales porque su conceptualización del sistema de cuidados implica una reestructuración profunda de las relaciones de género y de la organización social y económica del país.
Consideraciones de la ley
La Ley General del Sistema Nacional de Cuidados establece un marco normativo que aborda de manera integral las necesidades de cuidado de las personas en situación de dependencia. Y, garantiza la corresponsabilidad entre los diferentes actores sociales en la provisión de cuidados.
Uno de los aspectos más relevantes de esta ley es que define el cuidado como un derecho humano fundamental. Esto implica que todas las personas, independientemente de su género, edad o situación económica, tienen derecho a recibir cuidados que les permitan desarrollar plenamente sus capacidades.
De acuerdo con el texto de la iniciativa, el objetivo es “garantizar el derecho al cuidado digno y la sostenibilidad de la vida humana”, un objetivo en consonancia con las recomendaciones de organismos internacionales como la CEPAL y ONU Mujeres (Senado de la República, 2024).
El documento reconoce que la organización social del cuidado actual, en la que las mujeres asumen la mayor parte de las responsabilidades, es insostenible y genera desigualdades significativas.
Es necesario establecer un Sistema Nacional de Cuidados que supervise y controle los servicios en todo el país, garantizando que sean fáciles de acceder, de alta calidad y adaptados a las demandas de las personas dependientes.
El Estado, en su papel de defensor de los derechos humanos, debe establecer las condiciones para que todos los ciudadanos tengan acceso a estos servicios, sin importar su posición socioeconómica.
Otro aspecto relevante es que la ley considera el impacto económico del trabajo de cuidados no remunerado. En México, el valor de éste equivale al 24.3% del PIB, lo que resalta su importancia para la economía del país (INEGI, 2022).
Elementos destacados de la iniciativa
La ley propone un enfoque de corresponsabilidad, que implica que el Estado, el mercado y las familias participen activamente en la provisión de cuidados. Esto incluye la implementación de políticas de conciliación laboral que permitan a las personas organizar mejor su tiempo de trabajo y sus responsabilidades familiares. Así como la creación de infraestructuras públicas que permitan a las familias acceder a servicios de cuidado de calidad.
El enfoque de género, que atraviesa toda la legislación, es otro aspecto crucial. La propuesta reconoce que históricamente, las mujeres han sido las principales responsables del cuidado en los hogares y que esta situación perpetúa las desigualdades de género en todos los ámbitos.
Debido a esto, no solo se busca distribuir las responsabilidades de atención, sino también cambiar las normas sociales que fomentan los estereotipos de género. La ley promueve que los hombres participen en las tareas de cuidado y suscita campañas de sensibilización sobre la corresponsabilidad en el hogar.
Además, la ley aborda el impacto económico de los cuidados. Como señala ONU Mujeres (2021), la inversión en políticas de cuidados genera un “triple dividendo”. Porque mejora el bienestar de las personas, crea empleo de calidad y aumenta la participación de las mujeres en la fuerza laboral.
La creación de un sistema de cuidados no solo alivia la carga que actualmente recae sobre las mujeres. Sino que también permite un mejor aprovechamiento del talento femenino en el mercado laboral. Lo que tendrá un impacto positivo en el crecimiento económico del país.
La ley, una herramienta clave.
La Ley General del Sistema Nacional de Cuidados representa un avance significativo en la política pública mexicana. Al reconocer el cuidado como un derecho humano y establecer las bases para un sistema que garantice la provisión equitativa y de calidad de los servicios de cuidado.
Su enfoque en la redistribución del trabajo de cuidados, la corresponsabilidad entre el Estado, el mercado y las familias, y la transversalización de género. La posicionan como una herramienta clave para combatir las desigualdades estructurales que afectan a las mujeres y promover un desarrollo económico y social más inclusivo.
La implementación de esta ley podría transformar profundamente la organización social del cuidado en México. Porque mejora la calidad de vida de millones de personas y fomenta la igualdad de género de manera sustantiva.
Ojalá y no ocurra, lo mismo que con la iniciativa que presentaron, casi las mismas legisladoras en 2021.