Lardizábal y Uribe, Manuel resulta fundamental para comprender la evolución del pensamiento legal y su impacto en la lucha independentista. Como jurista ilustrado, su contribución en la reforma del derecho penal y su papel en la administración monárquica de España lo colocan en una posición clave dentro del debate sobre la justicia y el orden político en Nueva España.
Lardizábal y Uribe se convierte en una figura paradigmática de los dilemas que enfrentan los juristas novohispanos leales a la Corona en un contexto de transformaciones políticas y sociales.
Sus ideas sobre el derecho penal y la administración de justicia influyen en la estructuración de los sistemas legales que se desarrollan posteriormente en México independiente.
Formación y trayectoria profesional
Manuel de Lardizábal y Uribe nace en la hacienda de San Juan del Molino, Tepetitla, Tlaxcala, en 1739 y cursa estudios en la Real y Pontificia Universidad de México antes de trasladarse a España, donde obtiene el grado de bachiller en Leyes en la Universidad de Valladolid (Orella Unzué, 2009).
Su obra más destacada, Discurso sobre las penas, publicada en 1782, refleja su compromiso con las reformas judiciales y la proporcionalidad en la aplicación de la ley, lo que posteriormente tendría repercusiones en la concepción de la justicia en el México independiente (Piña y Palacios, 2020).
En sus años de formación, Lardizábal adquiere conocimientos tanto en derecho civil como en derecho canónico, lo que le permite insertarse en los debates ilustrados sobre la justicia y el castigo.
Su pensamiento se nutre de la obra de Cesare Beccaria, cuya crítica a la pena de muerte y la tortura influye directamente en el Discurso sobre las penas. En este trabajo, Lardizábal defiende una aplicación más racional y humana de las penas, propone un sistema que evite los castigos desproporcionados y garantice una justicia equitativa.
Papel en la configuración de organismos constitucionales
Uno de los aspectos más significativos de la contribución de Lardizábal al derecho hispanoamericano es su influencia en la discusión sobre la elaboración de códigos legales y su participación en el Consejo de Castilla durante el reinado de José I Bonaparte.
Su visión sobre la legislación influye en la elaboración del Estatuto de Bayona (1808), una de las primeras cartas constitucionales en el mundo hispano, que incorpora principios modernos como la división de poderes y ciertos derechos ciudadanos (Orella Unzué, 2009).
Los insurgentes rechazan este estatuto, su legado normativo se refleja en la Constitución de Cádiz de 1812, que influye de manera directa en la organización política de México tras la independencia.
Su papel como jurista en la transición de un orden absolutista a uno constitucional también es clave. A pesar de que sirve a la monarquía, sus ideas ayudan a estructurar el concepto de legalidad dentro del nuevo orden institucional.
Su trabajo también sirve de referencia para la organización de futuras cartas magnas en el mundo hispano, en especial en las discusiones sobre la constitucionalización del derecho.
Influencia en la independencia de México
Aunque Lardizábal no participa activamente en el movimiento independentista, su obra y su pensamiento legal influyen en el discurso de los insurgentes.
Su defensa de la proporcionalidad en las penas y su crítica a los abusos del sistema penitenciario colonial son retomadas por juristas y políticos del siglo XIX en la construcción de un sistema legal independiente (Piña y Palacios, 2020).
Además, su vínculo con el Consejo de Castilla y su participación en la reforma del derecho ilustrado lo posicionan como una figura de transición entre el absolutismo y las nuevas formas de gobierno republicanas que surgen en América Latina.
A pesar de haber nacido en Nueva España, Lardizábal no se identifica plenamente con su tierra natal, sino que se percibe a sí mismo como un servidor del Estado español. No obstante, su origen tlaxcalteca genera interrogantes sobre hasta qué punto pudo haber sentido un vínculo con los criollos novohispanos.
Su rol en la administración española refleja más una lealtad hacia la estructura imperial que una conciencia criolla emergente. En el contexto de la transición entre un reino monárquico y un sistema constitucional, Lardizábal enfrenta grandes dudas sobre la viabilidad de un orden jurídico basado en principios ilustrados en una sociedad colonial, lo que lo ubica en una posición ambigua en la historia del pensamiento independentista.
Un español de Tlaxcala
Manuel de Lardizábal y Uribe desempeña un papel fundamental en la evolución del pensamiento jurídico en Hispanoamérica, especialmente en la configuración del derecho penal y en las discusiones sobre la transición de un sistema monárquico absoluto a uno constitucional.
Su legado se encuentra en la base del pensamiento jurídico que influyó en la independencia de México, tanto en el ámbito legislativo como en la forma en que se concibe la justicia dentro del nuevo orden republicano.
Aunque nacido en Tlaxcala, Lardizábal se identifica con la estructura del Estado español, lo que plantea la interrogante sobre su relación con los ideales criollos independentistas. El origen tlaxcalteca y su formación en México no son suficientes para alejarlo de su lealtad a la Corona, pero tampoco impiden que sus ideas sean utilizadas por los insurgentes para consolidar un nuevo orden jurídico.
La participación en el Consejo de Castilla y su vínculo con el Estatuto de Bayona reflejan una de las grandes paradojas del pensamiento ilustrado en el mundo hispánico: la tensión entre la centralización del poder y la necesidad de modernizar las instituciones.
Su obra se convierte en una referencia para las reformas legales en México después de la independencia, demuestra que, a pesar de su servicio a la monarquía, su legado trasciende los límites de su tiempo y sigue siendo objeto de estudio en la historia del derecho.
Vida y obra permiten comprender la complejidad de la transición de la monarquía a un sistema constitucional y el papel que los juristas ilustrados jugaron en la formación de las naciones latinoamericanas. Su legado es una muestra de que las ideas, más allá de sus contextos originales, pueden ser reinterpretadas y utilizadas en nuevos escenarios históricos, tal como ocurrió con su pensamiento en el proceso de independencia de México.