La partidización en la elección de autoridades solo dividió a la población, se dejó de trabajar a favor de la comunidad, se abrió paso a los intereses personales y se intentó destruir la forma de organización por usos y costumbres en localidad de Guadalupe Ixcotla, municipio de Chiautempan.
Así lo puntualizaron habitantes y autoridades de ese lugar durante su participación en el Seminario Permanente denominado Etnografía de la Cuenca de México, con el tema “La Defensa del derecho electoral indígena” en esta comunidad nahua, evento virtual organizado por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), transmitido a través de su canal en YouTube.
Alfredo Cuecuecha Mendoza, experto y expresidente del Colegio de Tlaxcala (Coltlax), aseveró que Ixcotla es un claro ejemplo de que la sociedad indígena de la entidad busca al menos dos cosas: primero que se le reconozca su derecho a ser diferente, pues “su sistema de derechos ya existía antes de la llegada de los españoles y que continuó funcionando llenando los vacíos que el Estado mexicano dejó para pueblos originarios”.
Resaltó que el sistema de usos y costumbres por el que se rige, es muy útil. “El segundo punto, es que se reconozca que cuando el Estado es omiso en su cumplimiento de la ley y cuando dicha inacción daña los derechos colectivos, está obligado a enmendar sus acciones y a en la medida de lo posible, reparar el daño”.
Por ello, consideró que la defensa de los derechos colectivos es una muestra tanto de búsqueda de lograr una sociedad más incluyente, así como de ser ejemplo de organización, para corregir el actuar del Estado mexicano. “El proceso ha sido largo”.
José Adán Cuauhtle Rugerio, uno de los pobladores más reconocidos de Ixcotla, ubicada “frente a la Matlalcuéyetl (la montaña Malinche)”, destacó que esta comunidad tiene un legado “de grandes enseñanzas, de compromiso y de hacer, pues su “gente es solidaria trabajadora y visionaria”; con presencia en diversas partes del país a través de sus artesanías textiles, muchas de ellas aún elaboradas en talleres donde se conservan telares.
“Desgraciadamente, en los años que fue gobernador José Antonio Álvarez Lima, emitió una ley donde ya no debería seleccionar sus autoridades a través de usos y costumbres y se partidizó; desde entonces la comunidad como que perdió interés en la misma”.
Pero –subrayó– afortunadamente con la lucha que se emprendió acompañados y asesorados por la doctora Parastoo Anita Mesri, para que se reconociera cómo seleccionamos y elegimos a nuestras autoridades mediante nuestro sistema que es de suma importancia porque se practica la verdadera democracia.
En los usos y costumbres los árbitros y el colegio electoral es la propia comunidad, porque aquí todos nos conocemos, sabemos quiénes son los que han trabajado y quiénes no; por eso, en forma escalonada vamos subiendo de cargo, empezamos desde el primero para llegar a una actividad de mayor trascendencia como la presidencia de comunidad, en cuestión civil, y en la religiosa al de fiscal.
Se empieza con el nombramiento de policía y a este le siguen encargos en diversas comisiones, en el caso del tema secular, anotó. “Sabemos que Ixcotla ha rescatado su entorno de compromiso, porque partidizar vino a dividirnos, la gente ya no trabajaba para la comunidad sino buscaba intereses muy personales”.
Dijo que los usos y costumbres no gusta a todos “pero es la mejor democracia que puede haber” en una localidad. En tanto, Crispín Pluma Ahuatzi, actual presidente de comunidad, habló del conflicto electoral entre este pueblo.
“El estado nos tenía como secuestrados porque no hacía valer nuestros derechos político-electorales”, hasta que investigadores y académicos como Parastoo, Magdalena Sam Bautista y Alfredo Cuecuecha “ayudaron para defenderlos, al igual los de las 94 comunidades de Tlaxcala que se rigen por este sistema”.
“Desgraciadamente” el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) “nos ha olvidado y marginado, ellos ponen y deciden leyes sin consulta a las comunidades y pueblos; no hacen valer derechos político-electorales, quieren normar como si se tratara de partidos”.
Por esta razón, acentuó que la localidad de Guadalupe Ixcotla ha protagonizado “una lucha incansable”, pues se ha caracterizado “por no dejarse”. Defendió la forma de organización, en la que sobresale el papel del comité de fiscalización interna.
Parastoo Anita Mesri Hashemi-Dilmaghani, investigadora, exintegrante del Colegio de Tlaxcala y estudiosa de comunidades nahuas en el estado, explicó la manera en que se involucró en la exigencia de este pueblo hacia el ITE para que se reconocieran los usos y costumbres en la designación de sus autoridades, por lo que el caso llegó al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
María Simona Concepción Rodríguez, integrante del Comité de Agua Potable, realzó que ahora las mujeres ya participan en los cargos, en los trabajos comunales e intervienen en las asambleas, pues antes no se les permitía ni podía aspirar a ser presidentas.
Gregorio Quechol Juárez refirió sobre las pretensiones de “destrucción de la forma de organización de Guadalupe Ixcotla”, pero remarcó que conservar su normatividad no ha dado lugar a “dedazos”. Lamentó que esta población ha sido rezagada por la falta de apoyo municipal, por lo que sus logros son “gracias a la gente”.
Al tiempo, Marcos Pluma Xochitemol mencionó que este pueblo atraviesa por un proceso reivindicación de sus derechos colectivos y por tanto ha promovido diversos juicios ante los tribunales electorales, pues entre otras cosas, a la fecha no hay diputaciones indígenas en el estado de Tlaxcala. Asimismo, citó que se requiere de la realización de consultas a habitantes y de investigaciones; además de la necesidad de preservar la lengua materna, que es el náhuatl, mediante la educación bilingüe.