La geografía de Tlaxcala crea condiciones para dividirla en dos grandes regiones naturales, la del norte y la del sur. La del norte está más ligada a la concepción criolla y la del sur con mayor peso en la herencia indígena.
Esta división impacta de manera importante en la concepción de la realidad local y la participación política en momentos importantes de la vida pública y llega hasta el momento actual.
En el norte se ubican los hacendados, industriales y comerciantes que forman parte de la oligarquía poblana. Una élite que mira hacia afuera. En el sur, una naciente clase media formada por propietarios medios y burócratas que miran hacia adentro.
Solo como referencia puede destacarse que la mayoría de los gobernadores y la única gobernadora han nacido y crecido en la parte norte. Particularmente de las regiones de Calpulalpan, Tlaxco, Apizaco y Huamantla.
Por primera vez, en la vida pública de la entidad, se presentan dos aspirantes al gobierno del estado que nacen y viven en el centro del estado y cuya vida se ha desarrollado en el ámbito local. Por lo que cabe preguntarse de dónde parte su mirada.
Alguna de las dos o las dos candidatas miran a la entidad desde dentro o desde fuera. Por la experiencia de vida individual y familiar que tienen una y otra, las dos fueron reclutadas y desarrolladas en una familia más amplia: la familia revolucionaria del PRI.
Esto se reflejará en el proyecto de gobierno que presenten. Aunque aparentemente cada una se encuentra en una arena política diferente. Una mira a la entidad desde la presidencia de la República y la otra desde la presidencia municipal.
Hasta ahora, los proyectos de desarrollo local han tenido la mirada puesta hacia afuera.