De los conflictos que se han presentado en el ámbito educativo local, el que detonó esta semana requerirá de que Manuel Camacho Higareda asuma su papel de responsable del sector para darle solución, pues de no ceder a la exigencia de la destitución del director de Educación Terminal, tendrá que resolver la mayoría –si no es que todas—de las exigencias del personal docente adscrito a tres escuelas normales y al Centro de Actualización del Magisterio (CAM).
Quizá cuando las autoridades tomaron la decisión de que Jesús Antonio Pérez Varela encabezara la Dirección de Educación Terminal pensaron que su experiencia y conocimiento del subsistema le ayudarían a controlar o desactivar las protestas estudiantiles que se suscitaban en esos planteles, sobre todo en la Normal Rural de Panotla. Nunca previeron que la principal problemática que ahora tiene en jaque al titular de la SEPE vendría del personal.
Tampoco adivinaron que precisamente esa experiencia y conocimiento del subsistema serían las principales razones por las que docentes de las normales Urbana, Rural y Preescolar, así como del CAM, demandan la salida de ese funcionario, casi dos años después de haber sido designado.
La existencia de plazas no conciliadas o reconocidas, además de otras que no han sido dadas de alta ante el Fondo de Aportaciones a la Nómina Educativa y Gasto Operativo (Fone), el estancamiento de promociones desde hace dos años y la falta de directivos en algunos planteles son algunas de las razones en las que los docentes basan su petición.
A los maestros les sorprende que Pérez Varela argumente, para no darles respuesta, que son problemáticas heredadas de administraciones anteriores, de las cuales él ha formado parte por lo menos en las últimas dos. Su actitud, señalan los inconformes, revela falta de capacidad y les refuerza su idea de que su nombramiento se debió a su parentesco con la ex secretaria de Gobierno, Anabel Alvarado Varela.
Ahora Camacho Higareda tendrá que determinar si cede a la exigencia de los maestros o atiende sus planteamientos, aunque sea únicamente para darle un respiro a su subordinado.