La costumbre del poder es una serie de seis novelas escritas por Luis Spota entre 1975 y 1980. La cuarta de ellas se denomina El primer día. En ella se narra el canibalismo de un sistema político, con quien ejerció durante un periodo el poder supremo.
El libro es un retrato hablado de la soledad del presidente de la República de cualquier país latinoamericano. Una vez que entrega la banda presidencial, la “cargada” se va hacia quien se inviste como nuevo mandatario.
Así inicia “Los retratos de la víspera, tan del gusto de Armandina, debieron haber sido arrancados en cuanto el Poder dejó de ser suyo —a partir supuso, … Ayer todavía estaban” y los recordó, mientras volvía de palacio a Los Arcos con su mujer…”.
Así concluye: “Hemos sido mucho tiempo país gobernado por ladrones… País–botín de político… País–vergüenza… Es mi propósito cambiar las cosas: hacer digno nuestro nombre… Se encontró bebiendo lentamente, sin retirar de su boca el vaso ya casi vacío”.
¿Por qué la obra de Luis Spota,…, sigue tan viva? Si, se ha derrumbado el partido hegemónico, ampliado el régimen democrático, hay una fuerte competencia de partidos, pero el carácter de la pasión política, la costumbre del poder, es descrita con rasgos amargos (en un país imaginario, más no por ello menos real).
Será porque la cultura política es un gatopardo, la novela de Giuseppe Tomasi: “frente al inevitable ascenso de la burguesía, el añoso noble decide promover este matrimonio con el propósito de insertar a su clase social en decadencia con sus enemigos mortales convertido en la nueva fuerza política dominante”.
¿Será porque a la visión de la ciudadanía le cuesta trabajo hacerse responsable de la vida pública y prefiere que cada vez que hay una elección, de la misma surja un salvador? Es pregunta.