Rosario Texis Zúñiga, directora de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos en México (Ddeser) en Tlaxcala, aseveró que esta asociación civil ha identificado entre las principales causas de aborto a la violencia sexual, la leucemia e insuficiencia renal, estas dos últimas como producto de la contaminación del río Atoyac–Zahuapan.
Asimismo, informó que esta organización ha focalizado sus acciones de información en dos municipios específicos, uno de ellos es San Pablo del Monte, donde hay un problema alto de trata de personas y de desapariciones de niñas y adolescentes, así como de embarazo en edades tempranas normalizado.
En esa región se usan plantas medicinales para interrumpir el embarazo; sin embargo, se requiere que se realice con métodos más seguros y actualizados, resaltó.
Pero en San Francisco Tetlanohcan se ha detectado “un problema muy grave”, como el abuso sexual infantil, permeado en las familias, y el otro es el de la violencia de género estructural, de familia y de parejas. “El contexto es muy represivo y machista”.
También se ha clasificado a los municipios de Tlaxco, Chiautempan, Amaxac de Guerrero y San Pablo del Monte con el índice más alto de embarazos en adolescentes, pero entre los que se ubican con mayor violencia contra la mujer están Tetlanohcan, Amaxac, Tequexquitla y Huamantla, abundó en rueda de prensa.
Expuso que una de las principales problemáticas en el caso de abortos por causal es por insuficiencia renal crónica, leucemia, alteraciones hormonales y violencia sexual, este último con más incidencia en Teolocholco, San Pablo del Monte, Acuamanala, Apizaco y Chiautempan.
En cuanto a las complicaciones por salud, precisó que son resultado de la contaminación de la cuenca Atoyac–Zahuapan, principalmente. Los municipios donde esta agrupación ha brindado más apoyo son Natívitas, Tetlatlahuca y otras demarcaciones colindantes con ese río. “Las mujeres tienen que recurrir al aborto de manera casi forzosa”.
Aunque no precisó estadísticas, remarcó que estos señalamientos derivan de diagnósticos realizados en coordinación con la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT) y otras casas de estudios, cuyos resultados han sido publicados.
Refirió que este año dos mujeres han sido denunciadas por interrumpir el embarazo, pero no fueron remitidas a prisión. Rindieron declaración ante el Ministerio Público y quedaron en libertad. “No hay proceso (penal o carpeta de investigación) como tal o una criminalización institucional, lo que sí hay es la social”.
En lo que va de 2019 se ha registrado un deceso, debido a un legrado practicado de manera clandestina, pues aunque la Secretaría de Salud (Sesa) lo niegue –subrayó–, al menos hay siete clínicas que operan de esta manera y cobran cuotas de entre 6 mil y 7 mil pesos. Para protegerse lo asientan como un aborto en evolución a fin de deslindar responsabilidades, explicó la también activista.
Hay varios casos parecidos, pero no son reportados por hospitales públicos como abortos sino como hemorragias o procesos en evolución, por eso dicen que no hay tantos porque nada más se hace limpieza del sangrado con el que llega la paciente; sucede lo mismo con la violencia sexual que es la causal más elevada, recalcó.
Consideró que estadísticamente no le conviene a las instituciones que haya tantos sucesos, pues tan solo este año la Ddeser ha acompañado a 85 mujeres por aborto causal para que fueran atendidas en hospitales públicos, pero a otras 240 las ha respaldado en su decisión de someterse a este procedimiento en nosocomios de la Ciudad de México, tanto públicos como privados.
Remarcó que un tema fuerte es la violencia sexual, pero no todas las mujeres cuentan con información para recibir atención adecuada. Aunque admitió que la Norma Oficial Mexicana (NOM) 046 ha facilitado la interrupción del embarazo en hospitales del sector salud de la entidad.
Reconoció que en Tlaxcala se ha logrado una apertura amplia y atención a casos de causal. “Las instituciones ya empezaron a dar un pasito”, a pesar de que las iniciativas para despenalizar el aborto se encuentran en stand by en el Congreso local.
Indicó que se pretende cambiar la visión respecto del aborto, pero es muy complejo “porque al final sigue cargando un estigma, pensamos que poco a poco se puede ir abriendo”, pues aún persiste una violencia machista muy marcada, ya que el hombre no asume la responsabilidad y culpa a la mujer del embarazo, incluso pone en duda su paternidad. A esto se suma el abandono por parte de la pareja.
El aborto puede ser es un momento no ideal para las mujeres para el que no estaban preparadas, pero también se da el caso de que no lo estaban para ser madres. “No tiene que ver con el uso o no de anticonceptivos, pues muchas veces estos fallan, por lo que la interrupción es una alternativa”.
Mencionó que la Ddeser siempre le apuesta a la decisión personal, pues si las mujeres desean una maternidad responsable, libre y amorosa, se les acompaña, así como en caso contrario. Pero insistió en que primero se debe lograr la despenalización social.
Colaboradoras en Ddeser apuntaron que en la entidad prevalece un índice alto de desinformación en esta materia y se ha criminalizado a aquellas que interrumpen un embarazo y las tachan de malas, cuando no es así.
La prohibición tanto legal como social, en las que hay una desaprobación, dificulta el acceso a un aborto seguro, pues influye en la idea de que es una experiencia dolorosa y estresante, lo que conlleva a continuar con la gestación y se censura la posibilidad de hacerlo de manera libre y consciente, expresaron.
“Muchas prefieren callar para evitar problemas sociales y ser reprobadas”, recalcaron. A su vez, Rosario Texis presentó la plataforma FOCOS (www.focos.org) la cual busca visibilizar el aborto reproductivo frecuente y reducir el silencio y estigma.
En este espacio, las mujeres comparten sus historias. Opera desde 2017 y a la fecha ha encendido 2 mil 483 focos, de los cuales 174 corresponden a Tlaxcala, por lo que es la tercera entidad con mayor número y la sexta con más experiencias contadas con un total de 19. Rosario Texis enfatizó que hablar sobre aborto en este estado “ha sido un reto importante y necesario”, pues actualmente hay información científica y objetiva.