La caballada está flaca. Dicho popular priista que acuña “el tigre de Huitzuco” – gobernador priista Rubén Figueroa-. Se refiere a la falta de candidatos de peso completo para suceder al presidente Luis Echeverría Álvarez en 1975.
Aunque asuman que la geometría electoral se ha perdido. Lo cierto es que quienes hoy están en el ensilladero se mantienen en las líneas de la derecha, el centro y la izquierda. Casi todos ellos y ellas han participado en eventos maiden race -carrera de no ganadores.
Los que lleguen al arrancadero, van a encontrar que los criadores no cuentan con el poder, ni los recursos. Que en otro tiempo les permite hacer la chica. Se trata de una claiminga race -carrera de reclamación.
Por un precio estipulado se puede comprar cualquiera de los participantes. Pueden ser comprados aún antes del inicio de la carrera. Cuando arranquen, un candidato o candidata reclamada se convierte en propiedad de un nuevo dueño. Sin embargo, se entrega al dueño anterior lo obtenido por las ganancias de esa carrera.
La experiencia y los registros en los medios dan constancia de participantes que durante la competencia declinan por otra u otro competidor o competidora. En el proceso se cambian de equipo y/o al final se ponen otra camiseta. Pasan del PRI al PAN al PRD, o del PRD al PAN o del PRI al PRD y a Morena.
Las de la derecha
Quienes compiten son dos candidatas que hacen carrera como parte de la burocracia partidista o la administración. En alguna coyuntura encuentran padrinos que les permiten, en poco tiempo, convertirse en candidatas al gobierno del Estado. Proceso abierto en el que participan, pierden.
Una aspirante inicia en el PRI como ayudante de un viejo integrante de la familia revolucionaria. En la búsqueda de convertirse en heredero de la dinastía Sánchez, al no encontrar respeto a su linaje, se aventura por los caminos de la izquierda. Es cobijado en el PRD y cumple su sueño.
Ahí aparece en primera línea como secretaria de Finanzas (1999), luego diputada federal, senadora, y candidata al gobierno del Estado por el PRD. Al ver que sus posibilidades son casi nulas declina por la candidata del PAN, y luego se afilia a ese partido en donde se mantiene como senadora.
La otra aspirante inicia como empleada en el PAN (1996) donde conoce y se convierte en representante de quién ni en su familia le dan posibilidades de transformarse en candidato a presidente de la república. Acompañarlo en el proceso interno para alcanzar la presidencia y luego como presidente de la república, le produce grandes dividendos.
En 2006 es diputada federal luego candidata al gobierno del Estado, regresa al Senado como primera minoría, vuelve a ser candidata al gobierno del Estado pierde y retorna al Congreso de la Unión como diputada. El problema es que ya no cuenta con la fuerza de respaldo a sus aspiraciones.
Los y las del centro
El PRI experimenta un desgaste muy alto por la pérdida de la presidencia de la presidencia de la república y el congreso de la unión en 2018. A nivel local las elecciones le quitan la mayoría en el congreso.
La única posible candidata mujer, le han dado exposición pública como coordinadora de la comisión de los 500 años. La plataforma ha sido desaprovechada porque la visión y la organización se ha convertido en la exposición de medianía. No se logran impactos que trasciendan la memoria y la conciencia de los tlaxcaltecas.
Aparece en Tlaxcala como secretaria particular del gobernador, la envían a estudiar a Barcelona y a su regreso le encargan el sector popular y lo hacen candidata a diputada federal (2015-2018). En 2018 es candidata al senado por la mega coalición Todos por México y pierde frente a Álvarez Lima y Ana Lilia Rivera.
El primer elegible de la mano del gobernador es un eterno aspirante a la gubernatura del Estado. Ha sido presidente municipal, diputado local, diputado federal, secretario de gobierno, coordinador de Copladet, presidente del CDE del PRI. Pero, algo ocurre que una carrera chiquita lo revienta en 2013.
Como delegado de gobernación en Puebla le disputa la candidatura al actual gobernador. Crea un grupo plural con el que negocia para ser designado en SECTE. De ahí salta como coordinar de la campaña del aspirante al CEN del PRI.
El favorito de la cuadra del gobernador despacha en la Secretaría de Educación pública. Es un académico inexperto en política y administración pública, como se ha visto en los últimos eventos en que la educación para la paz se enseña con los toletes de seguridad pública.
Las y los de la izquierda
Bajo este paraguas se ubican los candidatos de Morena. El PRD no tiene con que sacar la cabeza. Ahí se localizan 3 aspirantes 2 mujeres y un hombre. El varón, es un experimentado político que conoce las catacumbas del poder porque se ha encargado de las tareas de inteligencia (?).
De carrera magisterial se ha desempeñado como líder sindical, secretario de educación, representante electoral, y en la coyuntura se pasa a Morena donde se mantiene como dirigente con un saldo favorable al ganar las elecciones federales y locales de 2018, que lo depositan en el senado de la república.
La segunda opción es la heritage de la familia revolucionaria, de sangre priista por el lado materno y paterno. Con el tricolor es presidenta municipal, diputada local y en su aspiración por el gobierno del estado rompe con el PRI en 2010. Se convierte en senadora PRDista en 2012. En 2016 compite por la gubernatura bajo las siglas de Morena y es derrotada. En 2018 gana la diputación federal y designada coordinadora de los programas del gobierno federal.
La tercera opción es la única de izquierda. Se inicia en el partido verde ecologista. Actualmente despacha en el senado de la república donde le dan juego con la iniciativa de ciencia y tecnología, la protección al maíz nativo, y aspira a la presidencia del senado de la república. Fue diputada por el PRD y fundadora de Morena en Tlaxcala.
La posibilidad de cualquiera de los 3 aspirantes de Morena, no está determinada por la carrera política, sino por lo que se ha vuelto tradición política: “lo que diga el dedito del presidente de la república”.
La caballada está flaca. Escenario electoral 2021
2021 será una competencia entre dos. Quien alcance la candidatura de Morena, y los que se acuerpen en su contra. Esto determina que ni el PAN, ni el PRI y menos aún el PRD o los demás partidos cuentan con la fuerza suficiente para competir. La única posibilidad es que surja un candidato o candidata con la la capacidad para reunir la pedacería que dejan las coyunturas electorales de 1998, 2004, 2010 y 2016.
Será la primera vez que los candidatos de Morena a la gubernatura del Estado, a las diputaciones locales y a las presidencias municipales compitan por sí mismos. Hay cierta garantía, siempre y cuando cambien las “estructuras de mando” que han convertido a Morena en un “partido blandengue, electoralista y busca chambas” (Taibo dixit).
En ninguno de los partidos está definida la candidatura. Algunas (os) aspirantes pierden fuerza porque no cuentan con ningún manto protector. Otros dejaron en el camino el respaldo ciudadano y unos más no tienen experiencia, ni peso político. La caballada está flaca. No se ve la yegua o el caballo negro.