Tlaxcala, de acuerdo con el informe “Modernizar la regulación de agua en México”, es el tercer estado con menor disponibilidad de agua por persona (639 m3), tan solo por debajo del Estado de México (266 m3) y la Ciudad de México (74m3). Resulta asombroso que en 1950, previo al proceso intenso de industrialización de la Cuenca del Alto Atoyac, la disponibilidad del agua era de 2,640 m3 por persona. Esta baja en la disponibilidad actual de agua en buena medida es producto del modelo industrial que hasta ahora se ha seguido, ya sea por el nivel de consumo de agua que realiza o por la contaminación que genera.
Dos argumentos principales suelen utilizarse para justificar esta disminución de la disponibilidad del agua. Por una parte, el crecimiento poblacional y, por otra, el crecimiento industrial. No hay duda de que ambos elementos contribuyen al consumo y contaminación del agua, y tampoco hay duda que hasta ahora no existe una atención real a estos problemas.
¿Cuánta agua consume cada uno de estos sectores? La Comisión Nacional del Agua calcula que en México la agricultura utiliza entre 68 y 70 por ciento, la industria y las hidroeléctricas cerca de 14 por ciento, mientras que el uso doméstico es de alrededor del 10 por ciento. Es decir, que realmente la población consume uno de cada 10 litros usados.
En días recientes el director de la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento (CEAS), David Guerrero Tapia señaló a los medios de comunicación que es necesario prepararnos con algunas medidas en el estado de Tlaxcala para enfrentar en el futuro escasez de agua por el crecimiento poblacional e industrial. Como siempre, en la perspectiva gubernamental, no se considera con transparencia el grado de responsabilidad que tiene cada sector en el consumo de agua, y se trata de justificar el volumen que utilizan las industrias equiparándolo al de la población, aunque los datos siempre indiquen que no es así.
Desafortunadamente, el gobierno estatal sigue impulsando una estrategia de crecimiento industrial sin regulación que no ha impactado en la creación significativa de puestos de trabajo permanentes, pero que sí traslada los costos al agua (ya sea por su extracción –agotamiento o contaminación), al medio ambiente y a la salud de las personas. Así se ha mostrado en el “Primer Informe Estratégico Cuenca del Alto Atoyac (Tlaxcala y Puebla): Región de Emergencia Sanitaria y Ambiental; Problemática Socioambiental y Recomendaciones para su Atención Integral”, elaborado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (Conahcyt). Entre otros datos, este informe presenta los siguientes:
Las industrias con mayores emisiones de contaminantes son las del ramo automotriz, eléctrico, químico y textil.
Entre los tóxicos más importantes se encuentran: metales pesados, metaloides, compuestos orgánicos–sintéticos y plaguicidas, vertidos y emitidos al agua, aire y suelo.
La zona de mayor cantidad de emisiones es la del Zahuapan.
Los municipios de Acuamanala, Mazatecochco, Tetlanohcan, Teolocholco, Papalotla y Tenancingo presentan relaciones más significativas entre las tasas elevadas de mortalidad por Enfermedad Renal Crónica y los niveles de contaminación más altos provocados por compuestos orgánicos sintéticos detectados en el río.
Papalotla y Tenancingo presentan las relaciones más significativas entre tasas elevadas de mortalidad por leucemias agudas en personas de cero a 19 años y los niveles de contaminación más altos por metales pesados y arsénico.
Si hoy está demostrado que el principal consumo de agua lo realiza la industria y que en la Cuenca del Alto Atoyac también emite los contaminantes más tóxicos impactando en la salud de la población, y si el gobierno está obligado a garantizar el derecho humano al agua y a la salud, ¿por qué sigue insistiendo en no reconocer que nos encontramos en una Región de Emergencia Sanitaria y Ambiental y continúa con la política de atracción de industrias sin que se le obligue en principio a tratar su agua, reutilizarla? Es claro que los costos que genera este tipo de industrias serán cada vez más caros para la población tlaxcalteca y para nuestro territorio.