La introducción de plantas de durazno de dudosa calidad fitosanitaria en Concepción Hidalgo, municipio de Altzayanca, y su manejo inadecuado, a través del Programa Sembrando Vida, pone en riesgo a las huertas de este fruto en las que por casi tres décadas se ha realizado un trabajo especializado.
Por ello, Abel Hernández Lima, presidente del Sistema Producto Durazno (SPD) en el estado, urgió a las Secretarías de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y de Fomento Agropecuario (Sefoa), así como a titulares de dicho programa a intervenir en este asunto, “para que no se les vaya de las manos” y se genere un problema grave.
Sembrando Vida “no es malo, es bueno, pero no hay un manejo adecuado ni un seguimiento puntual; se permite a los responsables meter plantas de otros estados”, de las que se desconoce su condición fitosanitaria y se ha observado que no tienen calidad; además, los beneficiarios desconocen la variedad que están usando, señaló.
Debido al boom que hubo de este programa –agregó-, el año antepasado había mucha planta rezagada que ya no funcionó; después se vendió la cosecha de los viveros y eso significó un logro excelente, pero sin un control real detrás de todo el procedimiento. Se tiene entendido que –abundó- hay 55 técnicos, pero que de esos, nada más tres conocen algo del cultivo”.
“Todo el material que se había enterrado con problemas fitosanitarios, en cuanto a pudrición, lo fueron a rescatar, sacaron la semilla, pero mucha no brotó y la que sí lo hizo ya tiene un problema de origen; eso es en lo que no nos cae el veinte”, expresó.
Consideró que realmente se pretende producir calidad, “tenemos que ser muy especiales en cuanto al manejo, porque la semilla tampoco se encuentra en condiciones adecuadas; los sembradores de vida dicen que eso es lo que les dan los técnicos, pero no es lo correcto”.
No precisó el número de viveros que mediante Sembrando Vida se han establecido en Concepción Hidalgo, pero añadió que en esa comunidad “muchos los construyeron de la noche a la mañana, porque vieron la oportunidad de hacer negocio, entre comillas”.
Comentó que el tema lo ha abordado con el titular de la Secretaría de Fomento Agropecuario (Sefoa), Rafael de la Peña Bernal, y con la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, previo a que entrara en funciones en el cargo, ya que hay una preocupación seria. “Si no nos dan que tampoco nos quiten”.
Subrayó: “Porque si no se pone especial cuidado en las plantas que ingresan al territorio, al ratito vamos a tener el problema que ahora tiene la Malinche con el descortezador, pues esa plaga fue traída con árboles de otros estados”.
Expuso que en la zona de Altzayanca también ha introducido, a través de este programa, aguacate de la variedad Hass, “por lo que la producción de este es poco creíble porque no está adaptada al clima de este lugar, a excepción de que tuviera mejoramiento genético, pero la realidad es que no”.
De acuerdo a un estudio del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), en Tlaxcala existen alrededor de 90 mil hectáreas para frutales, y por otra parte, los especialistas recomiendan que las especies se deben reproducir en función de las condiciones climatológicas, anotó.
Abel Hernández Lima encabeza los trabajos en la parcela de generación y validación de nuevas variedades de durazno. Desde el año de 1994 a la fecha se ha dedicado al mejoramiento genético de este fruto. Resaltó que en México no existe planta certificada, solo si proviene de España, de California, Estados Unidos; o de Chile.
La comunidad de Concepción Hidalgo es reconocida por la producción de la variedad Durazno Oro, aunque actualmente es en menor proporción, pues ha sido sustituida por otras más resistentes a fenómenos climatológicos