La imposición de 3.5 por ciento de impuesto a las remesas que connacionales envíen desde Estados Unidos a México, no solo reduciría el ingreso de los hogares, sino también el acceso de las familias a la cobertura de necesidades básicas, así como un impacto negativo en la economía nacional y local, aseveró la activista Norma Mendieta Mendieta, quien consideró que esta medida es discriminatoria.
La también coordinadora del Centro de Atención a la Familia Migrante Indígena (Cafami) cuestionó que la Cámara Baja estadounidense avalara este porcentaje, que inicialmente el presidente Donald Trump había fijado en cinco por ciento.
Expuso que había una amplia posibilidad de que este gravamen se concretara, debido a que fue incluido en un paquete de reformas fiscales que forma parte de otras medidas, como la que le permitirá a ese gobierno obtener un remanente de 100 mil millones de dólares al eliminar ciertos beneficios a migrantes, como el de tarjeta de crédito.
Lamentó que exista una alta posibilidad de que el Senado estadounidense avalará este impuesto de 3.5 por ciento; aunque, dijo que se espera “que la presión de algunos congresistas, sobre todo demócratas, pudiera funcionar, pero no es tan viable”.
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Por este panorama, “tememos que ahora sí pase este impuesto, a diferencia de otras medidas que han sido detenidas”, externó la también activista, quien avizoró una reducción en las remesas que paisanos envían al estado de manera periódica.
Recalcó que de estos recursos generados por el trabajo de connacionales, depende la cobertura de necesidades básicas de sus familias, como alimentación, educación y salud, por lo que habría “implicaciones fuertes” en esos hogares.
Además, esta disminución de remesas también provocaría un impacto en el nivel de consumo de diversos productos y servicios, de ahí que habría un daño a la dinámica económica nacional, estatal y local, pues todo es una cadena, enfatizó.
Sin embargo, en caso de un decremento, el perjuciciose extendería a los propios migrantes porque se verían orillados a disminuir su consumo y a no satisfacer sus principales requerimientos, de ahí que su subsistencia estaría en riesgo, y los negocios estadounidenses también registrarían una baja en sus ingresos.
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Criticó que Estados Unidos trate de imponer un impuesto doble a las y los paisanos que radican allá, “es algo en que en la narrativa de Trump no se menciona”, porque de todas maneras la comunidad migrante paga contribuciones a través de todo lo que consumen, como sucedió en 2022, cuando por este concepto fueron recaudados
97 mil millones de dólares, según datos estadísticos que se han difundido.
Calificó a esta medida de discriminatoria porque solamente sería aplicada a la población migrante en situación irregular en aquella nación, pero no a la estadounidense que envía dinero a algún destino.
Recriminó que este es un “ataque” para desincentivar la migración, ya que esta es otra forma de forzar el retorno de estas personas a su país, así como de presionar al gobierno mexicano y de violar el convenio signado entre ambas naciones, en el que se establece la no imposición de doble impuesto.
Entre otras cosas más, el aumento del gravamen en las remesas repercutiría en las mujeres esposas de migrantes que se han quedado al cuidado de sus hijos y que carecen de redes de apoyo, pues al ver una merma tendrían que salir a trabajar y, en consecuencia, disminuir la atención a su familia.