Hombres y mujeres de las instituciones son responsables de erradicar la violencia: obispo

“Hombres y mujeres de cada una de las instituciones de cualquier tipo, somos responsables de erradicar la violencia que se manifiesta en las múltiples formas de explotación humana”, como lo es la sexual cometida hacia la población femenina, aseveró Julio César Salcedo Aquino, obispo de la Diócesis de Tlaxcala.

El jerarca de la iglesia católica en el estado emitió un mensaje en el foro virtual “Ciudadanía cristiana frente a la trata de mujeres y niñas, en el marco del X Congreso Diocesano por la Dignidad de la Mujer, convocado por la Diócesis de Tlaxcala y el Centro Fray Julián Garcés, Derechos Humanos y Desarrollo Local.

Salcedo Aquino apuntó que esta iglesia continúa con su tarea “de anunciar el amor del padre al pueblo de Dios, considerando la importancia de la mujer en los diferentes sectores de la vida social, no como una ideología sino como parte esencial de la dignidad personal y del anuncio del evangelio”.

Refirió que el papa Francisco “invita a contemplar la importancia y dignidad de la mujer, reconociendo sus legítimos derechos, a partir de la firme convicción” de que tiene la misma dignidad que el varón, pero que en muchos sectores “no se reflejado del todo”.

Asimismo, resaltó que el sumo pontífice ha señalado que la trata de mujeres es violencia y que en cada una de quienes la han sufrido, incluidas niñas, “es una herencia abierta en el cuerpo de Cristo, de toda la humanidad, es una herida profunda que nos afecta también a cada uno de nosotros, estamos llamados  a decir no”  a todo tipo de agresión.

El obispo agregó que ser una ciudadanía cristiana significa velar por la dignidad de todas las personas, de una manera particular de los más vulnerables, y que hombres y mujeres de cada una de las instituciones de cualquier tipo “somos responsables de erradicar la violencia que se manifiesta en las múltiples formas de explotación humana”.

Instó a tener presente la visión de Jesucristo en su trato humano con la población femenina “haciendo de su relación una reivindicación en su importancia social” y recordó que en el Plan Diocesano de Pastoral se han establecido dos acciones que permitan avanzar en la prevención de agresiones.

Expuso que la primera de ellas consiste en fomentar el reconocimiento de la dignidad entre mujeres y hombres y su protagonismo, así como el respeto ante cualquier forma de discriminación y de explotación

Y la segunda, en promover el trabajo por la igual dignidad entre ambos sexos, así como en campañas permanentes frente a la violencia y la explotación sexual de mujeres y niñas.

Anotó que en esta línea se desarrolla este Décimo Congreso, en el que el Centro Fray Julián Garcés, Derechos Humanos y Desarrollo Local y la Diócesis de Tlaxcala realizarán dos foros para  “que nos iluminen y animen a seguir trabajando por el reconocimiento de la dignidad de las mujeres”.

En el primero de estos encuentros se llevaron a cabo las ponencias “Actuar frente a la violencia hacia las mujeres desde el evangelio” y “Ciudadanía cristiana que reconoce la responsabilidad de los hombres en la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual”, dictadas por Miguel ´Ángel Aguilar y Gloria E. Murúa, respectivamente.