Hacen a un lado los títulos universitarios en General Motors de los Estados Unidos. La contratación de personal en los niveles de producción se hace con base en capacidades y habilidades desarrolladas por la experiencia directa en el trabajo.
Siendo secretario del Trabajo de Bill Clinton, Robert Reich publica El trabajo de las naciones, donde proyecta el futuro de los servicios donde trabajarán las personas: servicios rutinarios de producción, servicios en persona y servicios simbólico–analíticos.
Los servicios rutinarios de producción abarcan los diferentes tipos de tareas cumplidas por los trabajadores de la “tropa de infantería” del capitalismo americano, en las empresas de alto volumen de producción.
Los servicios en persona, comprenden tareas simples y repetitivas. La diferencia entre un empleado de los servicios en persona y otro de producción rutinaria es que estos servicios se deben proporcionar de persona a persona.
Los servicios simbólico–analíticos se prestan universalmente, pero no se ofrecen al comercio mundial como algo estandarizado. Lo que se comercia son símbolos –datos, palabras, representaciones visuales y orales.
Cada uno de ellos demanda un nivel educativo diferente. Lo cual no es nuevo. Ya que a lo largo de la historia de la humanidad los integrantes de toda sociedad suelden dividir las actividades de producción y reproducción.
Los sistemas educativos responden a cada momento histórico y mucho se critica que, a partir del surgimiento del capitalismo, la escuela solo sirva para la formación del mercado de trabajo, y a veces ni siquiera para eso.
El ejemplo que ponen enfrente es que gran parte de las y los millonarios de las industrias de servicios. Tuvieron como universidad su garaje y un pequeño equipo de trabajo. ¿Esto significa que todos deben desarrollarse como animalitos del bosque? Es pregunta.