“No niego que hay grupos de delincuencia organizada que quieren venir” a delinquir a Tlaxcala, asevera Ramón Celaya Gamboa, quien al tiempo sostiene que en el estado la seguridad “está politizada”, pero que pese a ello y a la escasa fuerza policial, su estrategia es la correcta. “Estoy haciendo maravillas con lo poco que tengo”.
Ante los acontecimientos de violencia registrados el fin de semana antepasado, algunos vinculados a narcomenudeo y a la extorsión por parte de bandas de personas colombianas, diputados locales de oposición pusieron en entredicho las acciones emprendidas en este rubro.
A esta postura, Celaya Gamboa, titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), responde: “Si la estrategia no funcionara no habríamos dado un solo resultado en nada, pero se han recuperado más de 50 vehículos con reporte de robo, por semana; cuatro personas rescatadas de la privación de la lbertad y la detención de alrededor 20 narcomenudistas, además de diversos delincuentes por agresión o por violencia familiar. “Estamos en la ruta correcta; llevo muy poco tiempo”.
Pero confiesa: “Tengo muchas interferencias de carácter político, gente que nada más se dedica a atacar, que a diario trata de desarticular y descarrilar la estrategia, pocos recursos financieros y humanos y, lo más importante, hay poca mística de servicio en la parte municipal”.
Asienta que a poco más de dos meses de su arribo a la entidad (16 de enero pasado) para ocupar este cargo, dice que el primero lo ocupó en la reorganización administrativa de la SSC, por lo que “básicamente tengo uno operando a la policía”, con la táctica presentada que, como “en ninguna parte del país, da resultados en un mes”.
Señala que en el estado la seguridad “está muy politizada”, lo cual “es malo”, porque todas las decisiones se le adjudican al secretario como si fueran tomadas de manera independiente y “van a ser cuestionadas para bien y para mal”, pero “lo que no entienden es que todo forma parte de un gobierno, son colegiadas. Yo no me mando solo”.
Además -anota-, muchos de los delitos que se cometen en Tlaxcala son federales y provienen ya de tiempo atrás, por tanto, actúo en coordinación con la autoridad federal, con la Guardia Nacional (GN), el Ejército, porque no son responsabilidad del nivel estatal.
Por ello, reafirma que la estrategia no ha fallado y “ya está dando resultados, los estamos dando todos los días a la vista”, pues cada evento tiene una génesis distinta; de ahí que tras lo sucedido el fin de semana antepasado, “no podemos hablar de una crisis”.
En el tema de las fuerzas municipales y estatales, el secretario reconoce que en el país las primeras de estas “son débiles institucional y emocionalmente”, porque tienen carencias en capacidades, en equipamiento, en armamento y en personal.
Pero también consideran que este es un trabajo de oficina, “nadie les ha pedido que enfrenten a los delincuentes y -realza- porque en Tlaxcala, “históricamente hemos vivido en un estado tranquilo donde relativamente no pasa nada”.
Sin embargo, a partir de los sucesos de Calpulalpan, donde fue ejecutado el hijo de un narcomenudista, asesinado hace casi dos años, “estamos hablando con las policías municipales de los puntos urbanos más conflictivos” y similares a esa región, para convencerlos que deben trabajar y afrontar los hechos, porque son los responsables en primera instancia.
Menciona que se implementan mecanismos de respuesta a nivel estatal “más contundentes”, con el establecimiento de una fuerza de reacción permanente.
Asimismo, acepta que la Policía Estatal “es chica; mi estado de fuerza es mínimo (alrededor de mil 400) y no puedo cubrir todo el estado, pero estamos haciendo acciones específicas… “Estoy haciendo maravillas con lo poco que tengo”.
Aunque, insiste en que a la población tlaxcalteca no le gusta o no quiere denunciar. “¿Por qué?, no sé, hay muchas razones, no confían en la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), en la policía, en nadie”; tiene miedo o no le interesa, “entonces entramos en este letargo”.
Esa condición de la ciudadanía más una policía municipal débil y una Estatal con poca fuerza, es la “combinación letal, es el cóctel perfecto para que la impunidad siga reinando”, advierte.
-Diputados proponen mesas de trabajo para definir nuevas acciones, ¿usted estaría en esa disposición?.
-Estoy en la mejor disposición, por supuesto que estoy abierto, con los diputados, con los ciudadanos.
Pero “no es el tema de la estrategia, es el de las acciones que estamos lanzando; cualquier estrategia se convierte en un plan de trabajo, no se cambia de tajo, va siendo ajustado sobre la marcha. No estamos casados con una sola línea”.
Lo más importante -reitera- es el factor humano, es donde me estoy enfrentando con un gran problema por la falta de convicción en una gran cantidad de policías municipales y estatales; no hay compromiso ni la responsabilidad que implica, lo cual les convierte en malos elementos.
“Cuando voy personalmente a los operativos no lo hago por un tema de personalismo, como le han llamado; de que soy protagónico, tampoco lo hago por machismo o sentirme muy hombre, como otros lo han dicho; lo hago por dos razones, primera, porque no puedo esperar que alguien más lo haga”.
Segunda -añade- para demostrarle a toda mi fuerza policial que su secretario está al frente “y que si tengo que ofrendar mi vida por Tlaxcala lo voy a hacer porque yo no tengo miedo, los policías son los que lo tienen”.
Precisa que al menos los dos gobiernos anteriores a este, no invirtieron en personal, tecnología, infraestructura ni en capacitación que proporcionara una mística de servicio policial, pues no están dispuestos morir por el estado, como los soldados por la patria.
-¿Entonces se necesitan más presupuesto para mejorar la seguridad?.
-Necesito más recursos, incluso para
mejorar las condiciones de seguridad social de policías, su dignificación. Se dejó de invertir, no es un tema de Lorena Cuéllar ni de esta administración, tiene 10 años de abandono.
-¿A qué se debe el incremento de privaciones de la libertad?.
-Obviamente, tenemos una red carretera muy grande, con una situación geográfica, somos un estado chiquito, poco poblado y poco urbanizado con terrenos de labor y lugares despejados.
Las bandas criminales de otros estados siempre han visto a Tlaxcala atractivo porque hay poca policía, no hay mucha vigilancia y piensan que pueden venir a delinquir, subraya.
Pero -dice- en los cuatro casos de personas privadas de la libertad, la SSC ha intervenido. El más relevante es el de una joven estudiante originaria de Puebla que tiene familiares en el estado y a quienes visitaba con frecuencia; se registró en Tepeyanco y el rescate se concretó en Tenancingo, a “un minuto para que cruzaran la frontera, no le íbamos a volver a ver nunca”; fue posible recuperarla “con acciones de inteligencia y con un despliegue operativo adecuado”.
“No niego que hay grupos de delincuencia organizada que quieren venir” a delinquir, pero “con la poquita fuerza que tengo y los resultados que están a la vista, no lo digo yo, les estamos demostrando a criminales de otras entidades y propios, que no nos vamos a dejar”.
Sin embargo, puntualiza que no evade su responsabilidad “de que haya delincuentes en Tlaxcala”, pues en el resto de casos, uno es el de una persona que viajaba en un automóvil particular y otros son de operadores del transporte público que a su paso por la entidad fueron privados de su libertad por parte de bandas locales. “Todos han sido rescatados”.
El secretario también atribuye los eventos violentos del antepasado fin de semana, a la conjunción de las fiestas de carnaval, al consumo de alcohol y a la “nula presencia policíaca”.
Puntualiza que hechos como el homicidio registrado el lunes 20 en Tenancingo, derivado de una riña personal entre personas que habían ingerido bebidas embriagantes en un baile, “no pasan por la seguridad pública, sino por la descomposición social”.
Remarca que en Tlaxcala el consumo de alcohol es “impresionante”, por lo que podría ubicarse entres los primeros lugares a nivel nacional “y muchos de los homicidios que hemos registrado en estos dos meses que yo llevo aquí, tienen que ver” con este fenómeno.
Al tiempo, enfatiza que la Policía Estatal está “empeñada” en vigilar carnavales porque así lo piden alcaldes, “esa -indica-
no debería de ser mi función, o empeño mi poca fuerza que tengo a cuidar esa fiesta, porque la policía municipal no tiene las capacidades de hacerlo, o realmente me dedico a hacer investigación de carácter criminal para frenar estas bandas”.
La SSC -acentúa- podría tener 10 mil policías, pero si todos piensan como algunos municipales con los que me topé o como una mujer policía estatal a la que le da miedo serlo, lo que tendría que cambiar es el recurso humano, no mi estrategia “porque esa es la correcta”, y para eso necesito mucho dinero, plazas, capacitación, exámenes de control de confianza y certificaciones.
Expresa que pese a este contexto, “no bajo la guardia, tengo que trabajar con lo que tengo, yo soy un hombre de retos; sí, la tengo difícil, no tengo dinero ni policías, pero lo poquito lo estoy optimizando. Esa es nuestra función, proteger a los ciudadanos de Tlaxcala al costo que sea, no tenemos miedo”.
Afirma que su preocupación “es ir cambiando, diseñando, lanzando nuevos operativos, moviéndonos de acuerdo al mapa de calor y a los sucesos delictivos; no hemos dejado solo a ningún tlaxcalteca, han pasado eventos delictivos por varias fórmulas que ya expliqué y por varios sucesos, pero la respuesta ha sido contundente, y lo va a seguir siendo; vamos a evitar que esos hechos sigan ocurriendo”.