En el proceso de elección de Niñas, Niños y Adolescentes Impulsores de la Transformación representantes del estado de Tlaxcala, participantes demandaron la inclusión de quienes tienen condición de discapacidad, ser escuchados, protección contra el abuso sexual, sancionar la discriminación, que la enseñanza de la lengua indígena sea obligatoria y que el Estado cumpla con el establecimiento de estrategias necesarias para evitar explotación laboral separación del núcleo familiar.
“No permitan que nadie ejerza violencia contra ustedes”: Sedif
Durante este ejercicio democrático, realizado en el teatro Xicohténcatl de la capital del estado, Mariana Espinoza de los Monteros Cuéllar, presidenta honorífica del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (Sedif), refirió que cada una y cada uno de los concursantes quiere que se respeten y reconozcan sus derechos, por lo que en este espacio expresarían los temas que más les preocupan.
“No permitan que nadie ejerza violencia física, emocional, ni verbal contra ustedes, sepan que los vamos a escuchar siempre, pero sobre todo vamos a protegerlos; como adultos tenemos mucho que aprender de ustedes”, expresó.
Por su parte, Enrique Acoltzi Conde, titular de la Procuraduría de Protección a Niños, Niñas y Adolescentes (Ppnna), resaltó este tipo de actividad que permita a este sector de la población integrarse, conocer, defender y ser portavoz de sus derechos.
“La importancia de que estén hoy aquí para ser escuchados genera un cambio en nuestra sociedad, estamos acostumbrados a creer que las personas menores de edad no tienen derecho a expresar su opinión o que esta no puede ser tomada en serio, sin embargo, debemos quitarnos esa idea”.
Antes de la elección de sus representantes, vía voto libre y secreto depositado en urnas del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE), algunos participantes desarrollaron un tema basado en el respeto de los derechos de niñas, niños y adolescentes.
Mónica Marañón Muñoz, del municipio de Chiautempan, aseveró que conoce sus derechos, pero que sabe que hay quienes los desconocen a pesar de ser importantes para su desarrollo, como el vivir en familia, a la identidad, a gozar de condiciones de bienestar, a estar libres de violencia, a la seguridad social y a la salud.
“A la inclusión de niñas, niños y adolescentes con discapacidad”, entre muchos otros que son negados en contextos de pobreza. La menor subió al escenario apoyada en muletas, pues debido a un golpe perdió una de sus extremidades, “sin embargo –dijo-, todos mis derechos han sido respetados y gracias” a personas bondadosas “sigo adelante”.
En su turno, Diego Sánchez Moreno, vecino del municipio de Tlaxcala, también en situación de discapacidad, solicitó la inclusión de infantes en esta condición, pues necesitan tener una oportunidad al igual que el resto.
Mientras que Yorceli González López, de Emiliano Zapata, resaltó que este segmento de la población tiene derecho a ser escuchada, pues de esta manera se sentirá valorado y respetado, por lo que como resultado replicarán esta actitud para el resto de la familia, incluso con otras personas.
La niña Mareli Gutiérrez realzó el derecho de ser protegidos contra actos u omisiones que puedan afectar su salud física, mental o su desarrollo, ya que ningún infante debe ser objeto de violencias y abusos, sino por el contrario.
Enfatizó que el Estado está obligado “de sobremanera” a establecer las estrategias necesarias “para evitar que los menores de edad puedan verse afectados” por cualquier factor, como la explotación laboral y la separación de su núcleo familiar. Pero “Todos tenemos la responsabilidad común de defender y proteger a niños y niñas”.
Itzel Corona Cruz, de Contla de Juan Cuamatzi, exigió educación de excelencia, una vida llena de paz y protección contra el abuso sexual. En tanto, Adriana Zacapa, de Xicothzinco, planteó un proyecto para atender la salud mental de este sector y pidió apoyo institucional para realizarlo, pues le preocupa que “una de cada tres personas tenga depresión”.
A su vez, Paulina Morales, de Tetlatlahuca, habló por “todos los niños, niñas y adolescentes que hemos sufrido algún tipo de violencia”. Requirió que los padres de familia sean más empáticos y que se reeduquen, pues “no necesitamos que nos gobiernen machistas” en casa; que se concientice a este segmento sobre el uso de redes sociales de manera correcta y que funcione la Ppnna.
Filiberto Suárez planteó crear una asociación para promover derechos de infantes; Amayrany Pérez solicitó becas y un “centro digno de educación” para hijos de familias de escasos recursos, y Joshua Pescador propuso sanciones económicas o administrativas a quien discrimine a menores con discapacidad.
En tanto, Angélica Cocoletzi y Samantha Portillo, de Contla, demandaron la enseñanza obligatoria de náhuatl y/o otomí en todas las escuelas; libros de textos en estos idiomas; educación con igualdad, equidad y sentido de pertenencia cultural, inclusiva y respetuosa de la diversidad, así como de la lengua y vestimenta de cada población para no discriminar, y cubrir carencias de la población indígena, pues en esta son mayores que en otras.