En excesos, abusos, ilegalidades y hasta malversación de fondos se han ido, en los últimos tres años, cerca de 4 mil millones de pesos de participaciones federales que debieron aplicarse en beneficio de la sociedad tlaxcalteca. El dinero que pudo ser destinado a combatir la pobreza extrema en la que viven más de 800 personas en Tlaxcala, se dilapidó.
Los responsables son autoridades de los gobiernos estatales y municipales, magistrados, diputados y funcionarios de diversos organismos autónomos, quienes gozan de una descarada impunidad.
El reciente informe de resultados de la Auditoría Superior de Fiscalización (ASF) da cuenta de esos excesos, irregularidades, quebrantos y una deficiente aplicación de recursos federales asignados a Tlaxcala, por mil 396 millones 215 mil 500 pesos, tan solo el año 2021. La mayoría de las imputaciones fueron hechas en contra de las ex autoridades, aquellas que terminaron sus funciones el 30 de agosto del año antepasado.
Sin embargo, los excesos gozan de la lastimosa impunidad.
Si bien existen activas al menos 21 denuncias penales presentadas por la ASF en contra de diversas ex autoridades por excesos e irregularidades en el ejercicio de recursos, lo cierto es que muchas de ellas ya prescribieron o están en vías de hacerlo. El proceso penal es más que lento; parece que le apuestan al perdón que da el olvido y no la legalidad. La denuncia penal más reciente fue la promovida el 6 de junio de 2022 en contra de ex autoridades del gobierno de Tlaxcala por recursos ejercidos desde 2016. Así de perezosa es la búsqueda de justicia.
Y la situación es peor si tomamos en cuenta que de 2017 a 2020, las anomalías en el ejercicio de partidas federales sumaron, a nivel nacional, 454 mil 6 millones de pesos, de los cuales solo han sido recuperados o devueltos 75 mil 356 millones de pesos, que representan 17 por ciento del total, lo cual se convierte en un claro ejemplo de la impunidad que gozan los excesos en perjuicio del pueblo.
En tanto, este domingo subió la temperatura electoral de Tlaxcala. La marcha en contra del llamado Plan B electoral y la visita a la entidad de Ricardo Monreal, calentaron el cotarro local hacia el proceso que inicia en el mes de octubre; unos buscaron mostrar músculo, pero la verdad solo enseñaron sus miserias.