El vocero de la diócesis de Tlaxcala, Ranulfo Rojas Bretón observó que en México “vivimos una situación tan violenta que nos está alcanzando a todos”, este comentario a un año del asesinato de los sacerdotes jesuitas Joaquín N., y Javier N., en la iglesia San Francisco Javier, en el estado de Chihuahua.
“Ha pasado ya un año de esto, los padres jesuitas siguen pidiendo justicia. Y no solo para ellos dos o para los demás sacerdotes asesinados, sino para todas las víctimas de la violencia en México”.
Refirió el caso de las mujeres catequistas de la parroquia de San Juan Bautista Copala, que fueron asesinadas el pasado jueves 15 de junio en el estado de Oaxaca.
No obstante, remarcó que no consideraba que se tratara de una persecución religiosa, sino que estos casos generaban un mayor impacto social y recibían mayor visibilidad por el sentido de pérdida de valores de respeto al sacerdocio, algo que no se veía en otras épocas.
“Somos el país en donde más se han asesinado periodistas, hemos crecido en el asesinato a sacerdotes, se han asesinado un promedio de 11 a 12 mujeres diario, tenemos un crecimiento de asesinatos de más de 90 por día. Vivimos una situación tan violenta que nos está alcanzando a todos”.
De esta manera, Rojas Bretón explicó que la violencia en México ha escalado al grado de que cualquier persona, independientemente de sus creencias religiosas, puede ser víctima de ella.
Si bien en Tlaxcala no se han dado casos de asesinato en contra de sacerdotes, solo el intento de linchamiento del párroco de La Magdalena Tlatelulco, quien falleció tiempo después, pero no se puede asegurar que haya sido resultado de las agresiones, esto no quiere decir que el estado deba bajar la guardia en materia de seguridad.
“No olvidemos que aquí en Tlaxcala los índices de violencia intrafamiliar han crecido mucho y no podemos hacerlo a un lado”.
Es así que, en un llamado a la concientización de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y la Sociedad de los Padres Jesuitas, la orden católica dedica este día (20 de junio) para la petición directa en la celebración de misas por todas las víctimas de la violencia en México; además, a las 15 horas habrá toque de campanas doblando, es decir, tocando a difunto.
Esto como una forma de llamar la atención de la ciudadanía para que no se olviden los casos relacionados con la violencia en el país, ni a sus víctimas. Asimismo, como un llamado enérgico y respetuoso a las autoridades para que revisen sus estrategias en materia de seguridad, a fin de que la ola de violencia que se vive a nivel nacional no continúe.
“Es un llamado a la conciencia de que, o mejoramos nuestras relaciones humanas haciéndolas más fraternas, más afectuosas entre las familias, o seguiremos viendo situaciones muy violentas en todo el país”.
A través de estas acciones se buscará insistir en la necesidad de justicia y en la responsabilidad de la sociedad de no normalizar la violencia.
“Más que una misa en honor a los sacerdotes jesuitas, es una misa de conciencia. En las oraciones que se han realizado en las comunidades se pide que en cada estado la sociedad concientice en su tarea de bajar el clima de violencia”.
Por lo que espera que todas las iglesias del estado se sumen a este llamado; así como desea contar con la participación de la población tlaxcalteca para el impulso de políticas y estrategias que protejan la seguridad de los grupos vulnerables, y el rescate de los valores de respeto a la vida y fraternidad.