Al considerar que en Cuapiaxtla hay una emergencia por la reducción de 50 por ciento en el número de ejidatarios y de la superficie agrícola por la venta de tierras, Perfecto Barrales Domínguez, expresidente del Consejo del Sistema Producto Amaranto, solicitó al gobierno que los campesinos de la región oriente sean incluidos en el Polo de Desarrollo Económico de Bienestar (Podebis).
A través de un escrito de fecha 26 de septiembre de 2025, planteó su petición formal a la titular del Poder Ejecutivo local, Lorena Cuéllar Cisneros, en la que puntualiza que la presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo ha precisado que los Podebis responden a las vocaciones regionales y que en este caso, “es mayormente para la agroindustria”.
Repasa que Cuapiaxtla es líder en la producción de amaranto y que en ese lugar se generó una nueva variedad denominada Tlahuicole, cual se combina con maíz morado de Ixtenco y cacao de Tabasco, para su industrialización y obtención de un “excelente alimento”.
Este proceso se realiza a través de una cooperativa “piloto”, esquema que se puede replicar en los ocho municipios que han sido considerados para el Podebis, pero también en respuesta al mandato constitucional relativo a la alimentación, por lo que se le debe dar prioridad, indica.
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Además, expone que hay una emergencia en el ejido de Cuapiaxtla, pues “los campesinos están vendiendo sus parcelas”, ya que de las aproximadamente cuatro mil 800 hectáreas, cerca de dos mil 400 han sido extendidas.
A la fecha, solamente hay 600 ejidatarios, de un total de mil 200 “que éramos, los que quedan son peones en su propia tierra o en los ranchos productores de leche, o en industrias exportadoras de fresa o brócoli, mientras que en las automotrices son empleados por contratos precarios, sin prestaciones”.
Cita que otro factor a tomar en cuenta es que actualmente los ejidatarios son personas mayores de 60 años que persisten en sembrar amaranto porque su precio es de 23 pesos por kilogramo. “Necesitamos dejar a nuestros hijos un campo redituable mediante la industrialización de los productos y su comercialización en las 26 mil tiendas del Bienestar“.
La industrialización de este cultivo, del cacao y maíz representa un potencial para crear el doble de empleos, fomentar el mercado interno y sustituir las importaciones, “tiene componente nacional y se alinea al Plan México” presidencial.
Acentúa que lo ideal es que se construya el área de transformación de amaranto en Cuapiaxtla, para lo cual ofrece en donación un terreno y dos tostadoras a mitad de precio y una trilladora chica para amaranto. Propone incorporar a la academia y a los sectores público, privado y social. “No queremos un Polo de Desarrollo neoliberal ni que excluya a los campesinos”.


