Los diferentes estudios demoscópicos publicados en la plataforma Oraculus vaticinan que Morena y sus aliados ganarán Oaxaca, Hidalgo, Tamaulipas y Quintana Roo, donde la brecha entre el primero y segundo lugar es prácticamente irreversible. En el caso de Aguascalientes todo indica que el PAN mantendrá esa entidad y para Durango la competencia está cerrada. De las seis elecciones, cuatro muy probablemente serán para el partido en el poder a nivel nacional, el PAN perderá dos y ganará una, mientras que el PRI dejará de gobernar dos, quedando en incertidumbre una gubernatura. El ganador de la jornada electoral de junio será Morena que ampliará su influencia política a nivel territorial, mientras que el PRI será otra vez el gran derrotado en las urnas, el PAN salva la elección y Movimiento Ciudadano pierde impulso para negociar su adhesión a Va por México, pues el partido se estanca si no es que retrocede. Si el escenario se confirma seguirá el crecimiento de Morena, lo que determinará en gran medida la elección de 2023 y la elección presidencial de 2024. Hasta ahora si bien la elección de 2024 no será un día de campo, la probabilidad de que la 4T continué a nivel federal se consolida.
Morena el partido del presidente sigue una tendencia ganadora, no es carro completo, pero la mayoría de las ocasiones que ha ido a elecciones para elegir gobernador los resultados son muy favorables, ocurrió en 2021 y se refrendará en 2022. De las cuatro gubernaturas que muy probablemente ganará, en todas arrebata al PRI y al PAN espacios de poder e influencia política. Hidalgo bastión priista, Tamaulipas panista, Oaxaca le entregará la plaza y Quintana Roo dejará de ser gobernada por el blanquiazul, que aunque llegó en una coalición entre el PAN–PRD, en la práctica gobernó el PAN. La campanada sería Durango.
De confirmarse, Morena y sus aliados tendrían 22 entidades, incluyendo San Luis Potosí. A tan sólo ocho años de haberse fundado Morena, mantiene un crecimiento sin precedentes en la historia política de México. De ese tamaño es el posicionamiento político–electoral. Entre 2021 y 2022 habrá ganado 14 gubernaturas en disputa si los resultados así lo confirman. Cabe señalar que en razón del calendario electoral será hasta 2024 donde Morena ya como partido en el poder competirá para mantenerse en los estados que gobierna y que resultaron triunfadores en 2018, será su primera prueba de fuego, salvo Baja California que refrendó en 2021 con María del Pilar Ávila.
En el caso de PRI, los datos son demoledores, sigue en caída libre, en 2022 no ganará ninguna entidad al igual que ocurrió en 2021 y el rechazo por ese partido se mantiene al alza, tendrá otro descalabro que lo dejará prácticamente noqueado, ni la alianza a la que se ha unido le dará dividendos, perder Hidalgo, una entidad donde nunca ha habido alternancia, no sólo impactará en el plano local, sino que generará un mayor encono en la cima del PRI nacional, pues no sólo perdería el partido, sino que la misma secretaria general, esposa de Rubén Moreira, lo que seguramente traerá consecuencias sobre el destino del partido con miras a 2023 y 2024. Sobra decir que los resultados adversos y la suma de éstos seguirán cavando la tumba política de Alejandro Moreno, pues con tan pobres resultados el partido tricolor tendrá que ceder desde ahora la candidatura del Estado de México en 2023 y la de la Presidencia en 2024 al PAN, no hay ninguna posibilidad que esas candidaturas queden en poder del PRI, la tasa de rechazo, la nula competencia política y los enconos internos hacen inviable cualquier carta, menos aún la de Alejando Moreno. En efecto, el PRI se convirtió en el palero del PAN.
Con respecto al PAN, indudablemente está estancado, si bien probablemente mantenga Aguascalientes, perderá Tamaulipas, en parte por el desempeño del actual gobernador y sus supuestos vínculos con el crimen organizado, el desvío de recursos y las transferencias sospechosas a sus hermanos, una red de corrupción que por todas partes se observa. También perderá Quintana Roo, sin duda esa derrota es muy significativa porque si algo hay en esa entidad es dinero, los ricos y abundantes recursos naturales generan millones de dólares en divisas, que entran a las arcas del gobierno de ese estado, el panismo ya no contará con ese bastión de recursos. Aun a pesar de los descalabros, el partido blanquiazul es el que menos pierde de los partidos opositores, el triunfo en Aguascalientes y el resultado que se dé en Durango lo colocan en una posición para imponer candidatos en el Estado de México y en la lucha por la Presidencia, aunque por ahora no son competitivos, levantan la mano para jugar con sus pobres cartas en la mesa. La debacle del PRI es bálsamo puro para el PAN, aunque se digan que forman parte de Va por México.
A tres semanas de la elección para definir quiénes serán los próximos gobernadores, Morena probablemente ampliará su influencia territorial, elemento sustantivo para consolidar la 4T, con 22 entidades federativas, un escenario que asegura que en 2023 podría ganar el tan añorado Estado de México, dado el número de ciudadanos que integran el padrón y la lista nominal. Hasta ahora la 4T va en caballo de hacienda para mantener la Presidencia, los resultados de la jornada electoral la apuntalarán.