“Lo peor de la peste no es que mata los cuerpos sino que desnuda las almas, y ese espectáculo suele ser horroroso”. El novelista Albert Camus nunca habría imaginado que una de sus mejores frases cobraría vigencia en la segunda década del siglo XXI.
La pandemia del Covid–19 ha puesto al descubierto no solamente lo mejor del ser humano, sino lo peor. La faceta más oscura, miserable y bestial; aquella que exhibe la ausencia de valores y raciocinio. Mientras los llamados a quedarse en casa son insistentes a fin de salvaguardarse del contagio de este virus, para muchas mujeres, niñas y niños permanecer en el hogar representa un infierno y peligro.
Apenas transcurridos los primeros días de esta contingencia sanitaria y de confinamiento, las organizaciones civiles de Tlaxcala han reportado un incremento en la violencia machista en el seno familiar. Mujer con Poder registró que las denuncias por agresiones, principalmente físicas, se duplicaron y, en ocasiones, la cifra se triplicó.
El Colectivo Mujer y Utopía anticipó de manera oportuna sobre esta problemática, al puntualizar que 80 por ciento de ataques en contra de mujeres y niñas ocurre en el hogar, así como tentativas de feminicidio.
De entre muchos casos, hay dos que han sacudido a la sociedad mexicana y del mundo, el de la niña Ana Paola, de 13 años de edad, víctima de violación y feminicidio cometidos en su casa, el pasado 2 de este mes de abril en Nogales, Sonora, y el de Lorena Quaranta, la doctora italiana de 27 años de edad, asesinada el 31 de marzo por su novio en el interior de su hogar, por creer que ella lo había contagiado del Covid–19.
Otros especialistas ya habían advertido que se avecinaban tiempos difíciles, tanto por el incremento de la violencia machista como por los actos de discriminación en los que ahora también se ha centrado la atención por los constantes ataques a personal médico, dedicado a la atención de pacientes infectados por el virus, y en contra de instalaciones hospitalarias. Así es como el nuevo coronavirus ha sacado a flote los desechos humanos.