Los resultados de una elección pueden ser explicados por una multiplicidad de factores: el triunfo o la derrota en los ayuntamientos es responsabilidad de los gobiernos municipales, del Ejecutivo estatal, del presidente de la República o del partido en el poder.
Una primera explicación pudiera considerar que el resultado es producto de la evaluación que se hace de cualquiera de esos niveles de gobierno, de las políticas públicas o de la evaluación de la economía.
El resultado electoral en los ayuntamientos sin duda que es producto de la evaluación directa del trabajo que realiza el presidente municipal, más que del partido en el poder o de la oferta de los candidatos de oposición.
La lectura de los resultados electorales de 2013 puede hacerse desde distintas perspectivas, una de ellas es el número de votos obtenidos por los partidos políticos en las elecciones locales, pues al compararlos se denotan las diferencias.
Si se toman como referencia los votos logrados en la elección local de 2010, la de 2013 constituye una derrota para las tres fuerzas políticas más importantes: el PRI obtiene en 2010, 231 mil 631 votos y en 2013, 120 mil sufragios.
El PAN alcanza 193 mil 689 votos en 2010 y tres años después desciende a 85 mil 395 sufragios y el PRD es el único que crece al pasar de 24 mil 436 votos en 2010 a 77 mil 626 votos en 2013.
Si la comparación se hace con los resultados de la elección federal de 2012, en el que el PRD arrasó con 119 mil 98 votos, cae a la mitad al obtener 77 mil 626 votos; el PAN es el que menos caída registra al pasar de 98 mil 450 a 85 mil 395 votos y el PRI apenas si sale rosado: de 133 mil 516 a 120 mil 002 votos.
Una primera conclusión determinaría que el que más gana es el PAN porque después de la derrota de 2012 en la que queda en tercer lugar, ahora recupera el segundo; el que más pierde es el PRD porque pasa de primera a tercera fuerza, en tanto que el PRI, como la puerta de Alcalá, ahí está, viendo pasar el tiempo.