El panorama de la educación superior en Tlaxcala registra una transformación significativa en el desarrollo social del estado durante las últimas tres décadas. Los números hablan por sí solos. De una matrícula inicial de 10 mil 847 estudiantes en 1990, se produce un crecimiento extraordinario que alcanza hoy más de 35 mil jóvenes cursando estudios superiores en universidades e instituciones de educación superior públicas.
El incremento no es casual. Refleja una política educativa consistente que ha priorizado el acceso a la educación superior como pilar fundamental del desarrollo estatal. La presencia histórica de instituciones como el Tecnológico de Apizaco y la Universidad Autónoma de Tlaxcala sientas las bases para esta expansión. Que ahora se fortalece con la próxima apertura de las universidades Rosario Castellanos y de la Salud, ambas de carácter gratuito.
Particularmente notable es la evolución por décadas. El salto más dramático se da entre 1990 y 2000, con un incremento del 73 por ciento, seguido por crecimientos sostenidos del 40 por ciento en las décadas subsecuentes. Más allá de las cifras, destaca un aspecto fundamental: la participación femenina en la educación superior. Los datos más recientes revelan que las mujeres constituyen más del 53 por ciento de la población estudiantil. Un indicador claro de los avances en equidad de género en el ámbito educativo.
Sin embargo, el desafío persiste. La discrepancia en los datos oficiales de la SEP federal, aunque menor, señala la necesidad de fortalecer los sistemas de información y seguimiento estadístico.
El verdadero reto será mantener este ritmo de crecimiento mientras se garantiza la calidad educativa y la pertinencia de los programas académicos frente a las demandas del mercado laboral del siglo XXI.
Esta expansión educativa no solo representa números en aumento, sino la construcción de un futuro más prometedor para la juventud tlaxcalteca y el desarrollo sostenible de la región.