Educación Especial como disciplina y profesión registra una serie de contradicciones que requieren de reflexión entre la comunidad académica y los profesionales en ejercicio. Para fortalecer los procesos de formación e identidad profesional y no queden en el mar de dudas e incertidumbres frente a la nueva escuela mexicana.
Una primera pregunta que hay que responder ¿Cumple la educación especial los criterios para ser considerada una disciplina y una profesión? La respuesta es que sí. Cuatro son los criterios que la comunidad científica determina debe cumplir cualquier conocimiento para ser considerado una disciplina.
Como disciplina, educación especial cuenta con un vasto cuerpo de conocimientos que abarca desde teorías del aprendizaje hasta técnicas pedagógicas específicas para estudiantes con discapacidades. Utiliza métodos de evaluación y enseñanza diseñados específicamente para abordar las necesidades educativas especiales. Se fundamenta en diversas teorías como los modelos; médico, biopsicosocial, social y de derechos humanos. Existe una amplia gama de programas de formación y publicaciones académicas dedicadas a la educación especial, entre otras Integra2.
Es una profesión porque cuenta con procesos de formación especializada que incluye tanto conocimientos teóricos como prácticas supervisadas. Posee un cuerpo de normas éticas que guían la práctica profesional. Para su ejercicio se requiere de la certificación a través de la obtención de títulos y grados. Existen organizaciones profesionales y laborales que regulan el reconocimiento y la práctica de los profesionales.
¿Existen teorías o modelos en educación especial?
A lo largo del Coloquio de Ciencias Aplicadas a la Educación Especial y la Diversidad se mencionan cuatro modelos: Médico, Biopsicosocial, Social y marginalmente, el de derechos humanos.
El modelo médico se enfoca en la discapacidad desde una perspectiva clínica. Asume que esta debe ser diagnosticada y tratada a partir de la evaluación de las necesidades específicas de los estudiantes. Privilegia el uso de la intervención terapéutica y realiza algunas adaptaciones en el entorno educativo.
El modelo biopsicosocial, de funcionamiento y discapacidad o interactivo. Reconoce que la discapacidad es resultado de la interacción entre factores biológicos, psicológicos y sociales. Por lo que realiza una evaluación multidisciplinaria y desarrolla una intervención enfocada en la funcionalidad.
El modelo social pone énfasis en las barreras al aprendizaje y la participación. Define la discapacidad como barrera creada por la sociedad y no un problema individual. En razón de ello promueve la integración en el aula regular. Hasta donde es posible busca eliminar las barreras físicas y actitudinales.
El modelo de derechos humanos se basa en la premisa de que todas las personas, incluidas aquellas con discapacidad tienen derechos inherentes e inalienables. Fomenta la inclusión de todos los estudiantes en igualdad de oportunidad y la eliminación de cualquier forma de discriminación.
Esto da pie al surgimiento de orientaciones de política pública en educación. Entre otras la exclusión, marginación, integración e inclusión que no deben confundirse con los modelos.
El objeto de estudio e intervención en educación especial.
El objeto de estudio e intervención de la educación especial como disciplina y profesión es la diversidad de las necesidades educativas de las niñas, niños y jóvenes con discapacidad. Que va desde las dificultades del aprendizaje hasta la discapacidad severas. La finalidad es crear entornos educativos -adaptaciones curriculares, estrategias pedagógicas, apoyos especializados- que promuevan su desarrollo integral.
Para comprenderlas e intervenir requiere de un enfoque multidisciplinar, la comprensión de un mismo problema desde varias disciplinas donde cada uno aporta, desde su áreas de especialización -médico, psicólogo, trabajador social, terapeuta físico, logopeda-. Aunque el sueño sea la interdisciplinariedad.
La medicina proporciona la comprensión de las condiciones de salud, ofrece diagnósticos, tratamientos y recomendaciones para adaptar los entornos médicos a las necesidades de salud de los estudiantes. La aportación de la psicología es sobre el desarrollo cognitivo, emocional y social del estudiante con discapacidad para la creación de estrategias de intervención basadas en el aprendizaje y el comportamiento.
La sociología muestra las interacciones sociales y las estructuras que afectan a las personas con discapacidad para comprender las barreras sociales y culturales, y promueve la sensibilización y el cambio social a través de políticas de inclusión y derechos humanos.
La pedagogía, la de mayor peso, aporta los métodos y las estrategias educativas adaptadas para abordar educativamente las diversas necesidades, se enfoca a la adaptación curricular, las técnicas de enseñanza diferenciada y la evaluación del progreso educativo. A lo que se agregan métodos de acceso específico como lenguaje de señas, braille, terapia ocupacional, logopedia, audiología y algunas prácticas más.
Praxis profesional dominante y emergente
La praxis profesional ha estado dominada por tres elementos: el enfoque en el déficit que enfatiza las limitaciones en lugar de las fortalezas y potencial. Un currículo adaptado, que diseña planes de estudio diferentes para estudiantes con discapacidad, alejados del currículo regular. Y, apoyo limitado, ya que no cuentan con los recursos necesarios para el logro educativo.
En algunos contextos, predomina el modelo rehabilitador, con una atención especializada y segregada. En otros se avanza hacia la integración educativa, con apoyos dentro del aula regular. En general se observa una tendencia hacia prácticas más colaborativas y centradas en el diseño universal para el aprendizaje.
Las praxis emergentes se caracterizan por un enfoque innovador, centrado en la inclusión, la autonomía y el desarrollo del máximo potencial de cada estudiante. Se distingue por el uso de tecnología de la información y la comunicación como herramientas para personalizar el aprendizaje, facilitar la comunicación y promover la participación activa de todos los estudiantes.
Utiliza el diseño universal para el aprendizaje para crear entornos educativos flexibles y accesibles que eliminen las barreras para el aprendizaje y beneficien a todos los estudiantes, independientemente de sus características. Fomenta la colaboración entre docentes, familias y otros actores para crear redes de apoyo y garantizar el éxito educativo de todos los estudiantes, y promueve la evaluación auténtica basada en el desempeño real de los estudiantes en situaciones significativas de aprendizaje.
Dos elementos importantes se han incluido como parte de la nueva escuela mexicana: El aprendizaje basado en la comunidad para apoyar el aprendizaje y la inclusión de estudiantes, y el enfoque centrado en la familia para apoyar el desarrollo y el aprendizaje de los estudiantes con discapacidades.
En confusión
La Educación Especial se encuentra en un momento crucial de su desarrollo. Enfrenta desafíos y oportunidades que requieren una profunda reflexión y acción por parte de la comunidad académica y los profesionales en ejercicio.
A pesar de cumplir con los criterios para ser considerada una disciplina y profesión. La educación especial aun registra una serie de contradicciones y confusiones que deben resolverse para fortalecer su identidad y mejorar los procesos de formación profesional.
La comprensión profunda de su naturaleza como disciplina y profesión. Junto con el análisis de las prácticas profesionales dominantes y emergentes, permite vislumbrar un futuro prometedor.
Resulta necesario un compromiso conjunto de la comunidad académica, los profesionales en ejercicio, las autoridades educativas y la sociedad en general para consolidar la Educación Especial. Una disciplina y profesión que hagan realidad el derecho a una educación de excelencia para todas las personas con discapacidad.