Dulce Guadalupe Sánchez Contreras, seleccionada como directora de la Escuela de Música del Estado de Tlaxcala (EMET), denunció una serie de abusos y hostigamiento en su contra, que derivó en el cierre de su oficina el pasado 11 de septiembre.
Tras ganar legítimamente la convocatoria para el cargo, comenzó a vivir una situación que describe como “una pesadilla”, marcada por la manipulación, el acoso y presiones laborales por parte de varios funcionarios de la Secretaría de Cultura (SC).
Te puede interesar: Agentes culturales tlaxcaltecas exponen costumbres y tradicionales locales en Colombia
Sánchez menciona que desde el primer día de trabajo fue acosada por Helena Hernández de Valle–Arizpe, actual directora de Enseñanza Artística; Julio César Sánchez Garrido, coordinador Académico y Teresa Muñoz, trabajadora de la SC. “Me pidieron despedir a maestros sin ninguna razón, algo que no estoy dispuesta a hacer. Vine a mejorar la educación musical, no a despedir arbitrariamente a quienes forman parte de ella”, señala, en entrevista.
El pasado 2 de agosto, un día después de haber sido nombrada oficialmente, Helena Hernández de, junto con Sánchez Garrido y Teresa Muñoz, comenzaron a presionar a Dulce para que firmara despidos injustificados. “Me dijeron que debía obedecer órdenes, que mi papel era acatar lo que ellos decidieran, pero para mí eso no es ético ni profesional”, recuerda. Ante su negativa, el hostigamiento se intensificó.
El acoso no fue únicamente laboral, sino también personal. Dulce relata cómo recibió mensajes a medianoche exigiéndole estar disponible las 24 horas. “Era claro que querían quebrarme emocionalmente. Me decían que el trabajo de un funcionario público era así, pero eso no era lo que me habían prometido al ganar la convocatoria”, comenta.
El ambiente en la escuela también comenzó a deteriorarse. Según Sánchez, los alumnos y maestros se vieron afectados por las decisiones tomadas por Helena Hernández y su equipo, quienes, sin tener una formación adecuada en música, implementaban cambios sin consultar a los docentes. “No puedo permitir que personas que no conocen la disciplina musical tomen decisiones que afectan directamente la calidad de la enseñanza. Julio César Sánchez Garrido me dijo que su experiencia en mecatrónica lo capacitaba para dirigir, lo cual es un insulto para quienes hemos dedicado nuestra vida a la música”.
Dulce decidió grabar algunas de las conversaciones con los funcionarios para protegerse y exponer lo que realmente estaba sucediendo. “Era imposible trabajar en esas condiciones. Solo querían que cumpliera con sus intereses personales y eso no lo puedo permitir”.
El 11 de septiembre le fue prohibida la entrada a su oficina, sin ninguna explicación concreta y sin poder recoger sus pertenencias, que incluían una laptop y dinero que hasta el momento no le han sido entregados. La negativa de los funcionarios a dar una razón formal llevó a Sánchez a solicitar asesoría legal y presentar su caso ante la secretaria de Cultura, Karen Villeda, con la esperanza de ser escuchada, sin embargo, aún no tiene una respuesta oficial.
También puedes leer: Realizarán festival “Aguas del Mictlán” en Santiago Tepeticpac
Dulce Guadalupe Sánchez ha decidido continuar luchando por los derechos de los estudiantes y maestros. “No me voy a rendir. Esto no es solo por mí, es por todos los que están siendo afectados por este ambiente tóxico y poco profesional. Creo en el potencial de la escuela, y quiero que se respete la labor artística y educativa”, afirma, tras augurar que si no es removida oficialmente del cargo está dispuesta a trabajar a favor de la comunidad de la EMET.
Actualmente, Dulce sigue esperando una respuesta por parte de las autoridades culturales, mientras los estudiantes de la escuela han empezado a organizarse y a mostrar su apoyo, buscando que se escuche su voz y que se respeten sus derechos.