Los partidos de oposición al gobierno federal viven en un doble discurso. Todos saben que la única forma de acceder al poder estatal o mantener éste, es a través de una alianza opositora a Morena y sus aliados.
Pese a ello, afirman que no es tiempo de alianzas y mucho menos de nombres, pero sí de la construcción de un proyecto político. Sin embargo, ninguna intención de este tipo funciona sin nombres ni apellidos de por medio.
Desde 1998, en Tlaxcala, el triunfo lo han dado las alianzas y ahora no será la excepción. Incluso, Morena sabe que pese al gran respaldo que tuvieron en los comicios federales y locales de hace dos años, ahora las cosas serán distintas. Necesitará aliados de verdad: partidos y hombres y mujeres que se sumen a una causa, aunque no saben cuál.
Partidos como el PRI, PAN, Movimiento Ciudadano, PVEM, PAC, PS y PAC ya deshojan las margaritas para definir quiénes serán sus aliados. Todos quieren usar a otros pero no ser usados por nadie.
En sus declaraciones aseguran que no es tiempo de pensar en alianzas ni definir socios, pero se hacen y dejan ver entre ellos. Los líderes ya realizan mesas de trabajo para analizar posibles escenarios y unir sus emblemas.
Entre ellos se juntan y planean escenarios, pero ninguno ha mostrado sus cartas ni sus intenciones, porque se agazapan hasta el último momento para tratar de ganar mayores dividendos.
Poco o nada tendrá que ver la ideología. El pragmatismo y la rentabilidad electoral en distritos, municipios y en Tlaxcala será la principal medida para aquilatar la fortaleza del aliado. Ya después verán qué hacer con la militancia.
Sin embargo, las dirigencias dicen que no es tiempo de alianzas cuando tiempo es lo que menos tienen, en especial porque algunos partidos estarán ya inmersos en la definición de sus posibles candidatos.
Los líderes de los partidos deben abandonar ese doble discurso y aceptar e impulsar sus acuerdos en torno a una posible alianza, porque con expresiones como esa se engañan ellos y le mienten al electorado, ese que ya está cansado de ser usado cada tres años por los intereses malsanos de unos cuantos.
Las alianzas van y algunas ya tienen hasta posibles candidatos: Anabell Ávalos es una de las que ya suenan y se da por hecha su postulación a la gubernatura con el PRI o a pesar del PRI.