Durante la primera etapa del programa Observatorio de Enfermedades Renales del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (Sedif), se han evaluado a 11 mil 400 alumnos de los cuales 60 han sido diagnosticados con algún tipo de afección renal.
Entre los casos detectados, se encontró a un joven de 21 años de edad en una etapa terminal de insuficiencia renal, clasificado como IRC 4. Esta clasificación internacional permite a los médicos evaluar el daño renal y subraya la gravedad de los problemas detectados.
Carlos Stefano Galindo, director de Atención a la Salud y Discapacidad del Sedif, señaló que el programa ha trabajado en estrecha colaboración con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para garantizar que los pacientes reciban atención inmediata y especializada. “Es fundamental evitar los protocolos burocráticos que pueden retrasar el tratamiento”, afirmó y enfatizó el compromiso del programa para proporcionar una atención oportuna a los jóvenes diagnosticados.
Los estudios iniciales del Observatorio se enfocaron en zonas con alta exposición a aguas plomadas, especialmente en comunidades cercanas a industrias. Las áreas de El Carmen Tequexquitla, Huamantla, Calpulalpan Natívitas y Tlaxco han sido identificadas como focos de riesgo debido a su proximidad a fuentes contaminantes.
“La detección temprana es crucial y por eso nuestro enfoque inicial fue en estas áreas con mayor incidencia de enfermedades renales”, añadió Galindo.
La segunda etapa del programa busca expandir los diagnósticos y continuar con la sensibilización sobre la salud renal. “Hemos identificado no solo insuficiencia renal, sino también otras infecciones y alteraciones que pueden afectar la salud de nuestros jóvenes”, mencionó. La importancia de un equipo multidisciplinario es evidente, ya que incluye médicos y nutriólogos que trabajan conjuntamente para ofrecer un abordaje integral.
Además, se realizan pláticas educativas para concienciar a los jóvenes sobre los factores de riesgo asociados a las enfermedades renales. “Falta educación médica en muchos municipios, y estos programas son fundamentales para informar y empoderar a la población”, subrayó.
A través de esta sensibilización, el programa busca promover cambios significativos en los estilos de vida de los jóvenes, fomentando una alimentación saludable y hábitos preventivos.
El impacto del programa no solo se mide en diagnósticos, sino también en la transformación que puede generar en la vida de estos jóvenes. “Nuestro objetivo es que cada paciente lleve una vida normal, a pesar de su diagnóstico”, aseguró Galindo. La detección temprana y el seguimiento médico son esenciales para mejorar la calidad de vida de los afectados.
Con el avance hacia la segunda etapa del Observatorio, el programa continúa comprometido en su misión de combatir las enfermedades renales en Tlaxcala. “Estamos decididos a recorrer los 60 municipios, no sólo para detectar enfermedades, sino también para fomentar un cambio cultural en la salud renal”, concluyó Galindo, quien resaltó la importancia de la prevención y la atención integral en la juventud tlaxcalteca.