Ex agremiadas al sindicato de burócratas 7 de Mayo denunciaron presunto tráfico de influencias por parte del secretario general Edgar Tlapale Ramírez para lograr su jubilación y acceder a una pensión de 23 mil pesos mensuales, una de las más altas dentro del tabulador respectivo.
Consideraron que solamente con la complicidad de las autoridades del gobierno del estado fue que Tlapale Ramírez obtuvo ambos beneficios, pues en sus casos llevan años de juicios legales para que les sea autorizado su retiro del servicio profesional a que tienen derecho y acceder a sus pensiones, pero todavía no lo logran.
Dos de las presuntas afectadas increparon al dirigente en instalaciones del edificio sindical, cuando éste daba una rueda de prensa para informar sobre “algunos logros de la organización”, la mañana de este miércoles.
Una de ellas de nombre María Alma Sánchez Flores refirió que trabajó en la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) en el área de violencia intrafamiliar, “de ahí me jubilé en 2013 y durante cuatro años no cobré, me cansé de venir a pedirle a Edgar Tlapale, inclusive, el licenciado Fredy que trabaja en el sindicato y es su pariente, me debe 3 mil pesos porque me pidió dinero para la jubilación”.
“Me engañó a mí y a cinco compañeras más, porque dijo que se tenía que tramitar algo en la Notaría de Huamantla, le dimos el dinero y a la fecha no nos devolvió nada. Está aquí y se lo digo en su cara. Somos más de 35 personas en la misma situación, pero no pudieron entrar” a las instalaciones del sindicato. Además, denunció agresiones de parte de integrantes del sindicato.
Por su parte, Elvia Cortés Ramos comentó que trabajó en el Congreso del estado y “antes de jubilarse se presentó ante el dirigente para comunicarle y que iba a dejarle la plaza a su hija. Voy a hacer 5 años si cobrar ni un peso partido por la mitad de su pensión, mis hijos han cubierto los gastos cuando me he enfermado cuando no hay por qué, pues por eso trabajé”
Ambas consideraron injusto que Edgar Tlapale “ya cobró su pensión, ya le pagaron y a nosotros no, queremos justicia. La última vez dijiste que cómo nos atrevíamos a reclamar prestaciones si ya estamos jubiladas, no es justo que él diga eso”, le reclamaron al dirigente sindical.
Por su parte, María Elena Cuevas, quien laboró en el Poder Ejecutivo y al cumplir 40 años de servicio decidió jubilarse por lo que comenzó a recibir su pensión equivalente a su sueldo base, a diferencia del dirigente que recibe una de las pensiones más altas.
“Aquí mi inconformidad es que nos explique cómo es posible que se haya jubilado teniendo dos plazas, que se haya jubilado en una con absolutamente todas las prestaciones y sin cumplir con la edad que establece la ley. Esa es mi duda, en mi caso, como muchos, tuvimos que acudir a la Sala Administrativa del TSJE y salió el juicio a nuestro favor, sin embargo, Pensiones Civiles no cumplió con lo que dictaminó el Poder Judicial”.
Por ese motivo, señaló, cada año debe promover un juicio ante la Sala Administrativa para que se le pague lo que ya había sido autorizado. “Ahora me entero que el señor dirigente está cobrando su pensión y su sueldo como trabajador activo, ¿cómo le hizo? Que nos asesore para que tengamos lo mismo”.
Reconoció que ella promovió su demanda laboral de manera independiente, aunque como agremiada al sindicato 7 de mayo. “Pensando mal, eso es tráfico de influencias, no es otra cosa, que nos explique, porque todos lo que nos jubilamos tenemos el mismo derecho, no puede haber jubilados de primera y de segunda”.
Para María Elena Cuevas, hubo colusión de las autoridades estatales para que Edgar Tlapale se jubilara en esos términos “y por eso no da la cara, porque no puede explicar las razones. Hay jubilados que cobran pensiones de 2 mil pesos quincenales y él cobra 23 mil pesos y además está activo, para mí eso es tráfico de influencias, nada más”.
Por su parte, Edgar Tlapale rechazó las acusaciones y si bien aceptó que logró su jubilación, negó que su pensión sea de 23 mil pesos. Argumentó la situación que enfrentan sus ex compañeros trabajadores se debe a que decidieron emprender sus juicios de manera independiente y no a través de los abogados del sindicato.
“Muchos de mis compañeros hicieron juicios y nosotros fuimos trabajando esta situación, muchos de nuestros compañeros que iniciaron sus juicios no aguantaron el camino de lograr este objetivo, tan es así que la compañera presenta un documento y se puede ver qué abogados llevan su demanda. No quisieron aguantar el ritmo del sindicato, se dieron la vuelta y buscaron a abogados particulares. Los juicios se llevaron dos, tres, cuatro años”.