Servicios médicos para atender enfermedades vinculadas a la toxicidad industrial, así como reconocer el incumplimiento a la Recomendación 10/2017 por contaminación y que las problemáticas ambientales aumentan cada vez más, son algunas de las exigencias de Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y a los tres niveles de gobierno.
A propósito del Día Mundial del Medio Ambiente, el Centro Fray Julián Garcés Derechos Humanos y Desarrollo Local A.C. (CFJG) y otras agrupaciones, emitieron un pronunciamiento al respecto.
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Expresan que a más de 40 años “de la imposición del modelo neoliberal en nuestro país”, bajo la idea del progreso y mejores empleos, uno de sus “crueles resultados” son las más de 60 Regiones de Emergencia Sanitaria y Ambiental (RESA) que hay actualmente en toda a República mexicana, entre ellas la Cuenca del Alto Atoyac que abarca principalmente municipios de Puebla y Tlaxcala.
Acentúan que dichas RESA derivan “de la permisividad del gobierno hacia las industrias” y que en estas áreas converge todo tipo de procesos de contaminación en suelos y acuíferos, además en aire, agua superficial y profunda; bosques y selvas, por lo que presentan pérdida de biodiversidad, de la cultura y de tejidos colectivos.
Subrayan que se trata de regiones “con un gran impacto negativo” en la salud de mujeres, hombres, niños, niñas y adolescentes, pues durante décadas los tres niveles de gobierno han permitido que en Tlaxcala y en toda la Cuenca del Alto Atoyac, “se agudice la devastación socioambiental”.
Esta destrucción se evidencia a través de diversas problemáticas, como la que se registra en el municipio de Españita por la presencia de sustancias tóxicas en el agua, aire, suelo y en los alimentos de la población, debido al uso intensivo de agrotóxicos, fungicidas, plaguicidas y otros químicos “que se bioacumulan en la producción agrícola y en plantas silvestres como los quelites”, indican.
Atribuyen esta situación a la existencia de monocultivos de cereales asociados a agroindustrias transnacionales, por lo que en esa demarcación municipal, se ha detectado metales pesados en el organismo de adolescentes, los cuales causan daño en los riñones, de acuerdo a investigaciones de Regina Montero, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Añaden que también se identificó exposición a plaguicidas y a bifenilos policlorados, que son carcinógenos y disruptores endócrinos confirmados; mientras que en Yauhquemehcan y en Apizaco, el crecimiento habitacional promovido por gobiernos e inmobiliarias se ha intensificado, lo cual cual repercute en la disponibilidad del agua, del suelo, de la fauna y flora; así como en las manifestaciones culturales de ambos municipios.
Subrayan que en la Matlalcuéyetl (Malinche), desde 2019 hay presencia de la plaga del escarabajo descortezador “que, hasta la fecha, continúa devastando el bosque. “Sumado a ello, la delincuencia se ha apoderado de los territorios boscosos a la orilla de las carreteras que cruzan la montaña, la perimetral y autopista Puebla- Perote, trayendo consigo el desplazamiento de las y los guardianes del territorio, quienes transitan con miedo por estas rutas”.
Por otro lado -señalan-, el turismo “invasivo y no planeado”, rebasa la capacidad de carga del ecosistema, “causando desequilibrios en las dinámicas propias”. Recalcan que la relación calidad del ambiente-salud ha sido reconocida en diferentes documentos, como la Recomendación 10/2017 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) por la contaminación de los ríos Atoyac, Xochiac y sus afluentes.
Asimismo, en el Primer Informe Estratégico Cuenca del Alto Atoyac (Tlaxcala- Puebla): Región de Emergencia Sanitaria y Ambiental y Recomendaciones para su atención Integral, elaborado por la ahora Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti), antes Conahcyt), citan.
Por tanto, apremian a los tres ámbitos de gobierno a reconocer “que las problemáticas ambientales aumentan cada vez más y que el actual modelo económico solo nos ha dejado devastación, enfermedad y muerte”.
Exigen que la CNDH “reconozca que la presencia de sustancias tóxicas industriales en la Cuenca del Alto Atoyac y el impacto en la salud, continúa y se intensifica”, y el incumplimiento real de la Recomendación 10/2017.
Reclaman que se frene la instalación de industrias nuevas “hasta que haya regulación de los tóxicos industriales vertidos”, y piden hospitales, centros de salud, personal capacitado, sistemas de información, prestación de servicios y tecnología para atender todas las enfermedades crónicas no transmisibles presentes en la Cuenca, como es el cáncer y el daño renal crónico, vinculadas a la toxicidad industrial; y que se deje de impulsar la gentrificación y la operación de inmobiliarias que generan fuertes impactos socioambientales”.
Demandan involucrar a la población en la elaboración de ordenamientos territoriales ecológicos, para priorizar la salud socioambiental; y que el gobierno estatal amplíe a cuatro carriles la carretera de Calpulalpan, en lugar de construir un nuevo libramiento.
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Plantean la atención integral y eficaz la plaga del escarabajo descortezador, y que se “reconozcan, preserven y defiendan los saberes indígenas de quienes defienden a la Matlalcuéyetl” y que sean creados o fortalecidos los colectivos y cooperativas comunitarias que generan economía local, a partir del aprovechamiento de sus recursos.
“Que desde el gobierno federal, en coordinación con los ámbitos estatal y municipal, y con participación de las comunidades afectadas, y con científicas y científicos, se elabore e implemente un plan integral para el saneamiento y restauración de toda la Cuenca del Alto Atoyac”.
Reiteran su compromiso “en la defensa de nuestro territorio, del agua, flora, fauna y de quienes aquí habitamos. Nuestros pueblos han existido por siglos en esta tierra y durante siglos la han mantenido viva, y hoy nos toca luchar por recuperar y sostener esa vida, para que las futuras generaciones puedan seguir existiendo”.
Además del CFJG, este pronunciamiento lo realizan Artemali Ocoxal, el Centro de Economía Social Julián Garcés A.C., Colectiva Xihpahtli; Colectivo Tejiendo entre Cauces; la Coordinadora por un Atoyac con Vida; Equipo de Pastoral Social de la Inmaculada Concepción, Apizaco; Grupo de Pastoral Social de Cristo resucitado, Tlaltepango, San Pablo del Monte, y el Grupo de Pastoral Social de la capilla de Nuestra Señora de la Paz, Cuautlancingo, Puebla, entre otras organizaciones.