Con una amplia discusión y reflexión de las implicaciones de la evaluación, concluyó uno de los mejores foros académicos de educación en México, el Congreso Internacional de Educación: Evaluación 2024, organizado por el Centro de Investigación Educativa (CIE) de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx), el cual reunió a 800 académicos y estudiantes de posgrado, licenciatura y de escuelas normales de 24 estados del país y de Colombia, Argentina, Chile, Perú, Brasil, Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Uruguay.
Previo a la clausura que realizó Serafín Ortiz Ortiz, rector UATx, tuvo lugar la quinta ponencia magistral “Evaluación de aprendizajes para la Nueva Escuela Mexicana” que dictó Ángel Díaz Barriga, investigador de la UNAM y coordinador del CIE, quien se pronunció por reconfigurar la evaluación de los procesos de aprendizaje en el plano didáctico con las particularidades y complejidades de los procesos que se generan en cada contexto escolar, es decir, a partir de una tipología de escuelas para llegar a una evaluación más significativa que realmente enriquezca y apoye el proceso formativo.
En tanto, Serafín Ortiz afirmó que la transformación de la educación superior es inminente y destacó el ambiente extraordinario que se ha conjugado en este Congreso gracias a la participación de los ponentes magistrales y de la atinada coordinación de Ángel Díaz Barriga.
Asimismo, el rector mencionó los principios constitucionales que rigen a la educación superior en México como son obligatoriedad, equidad, inclusión y excelencia educativa sobre una base de cobertura total y gratuidad.
Ortiz también se refirió al tránsito de la calidad a la excelencia educativa con los principios que rigen esta transición: obligatoriedad y gratuidad, pertinencia de programas educativos, mejora continua y optimización de recursos que incluye procesos de aprendizaje, trabajo de docentes e investigadores, el pleno funcionamiento de las universidades y resultados.
En su momento, Ángel Díaz Barriga citó algunas de las tareas que se propusieron para resignificar el proceso de la evaluación educativa tales como establecer una organización de escuelas por diversidad, construir una serie de instrumentos situados en la resolución de problemas; y una cédula de valoración cualitativa de instrumentos situados. Insistiendo en que lo más importante es el proceso formativo del estudiante más allá de los números o estadísticas.