En los municipios y en los tres poderes del estado parece que la creación de plazas laborales sindicalizadas está como pandemia, porque en las últimas semanas la basificación de nuevo personal para heredarlo a los sucesores es una terrible enfermedad.
En el ocaso de las administraciones municipales, principalmente, pero con el cambio de poderes en el Legislativo y Ejecutivo, el todavía secretario general del Sindicato 7 de Mayo, Edgar Tlapale Ramírez ha aprovechado el hambre de quienes se van para crear o “descongelar” plazas laborales a favor de los suyos y con dividendos con las autoridades salientes.
La epidemia de esa acción ya se dejó sentir también en el Poder Judicial, instancia en donde, a pesar de que no se vive la culminación de mandato, la fiebre por estas lacerantes prácticas lo alcanzó. Ahí, los tentáculos de las viejas prácticas se posicionaron al grado que funcionarios al servicio del gobierno estatal han colocado ya, con plazas de altos niveles salariales, a sus pequeños hijos y, a cambio, están a nada de permitir lo mismo en las estructuras de la administración de Marco Antonio Mena Rodríguez. Se trata de intercambio de favores.
Esto ya ocurre en el Poder Legislativo, en donde, al parecer, algunos diputados han logrado “descongelar” algunas plazas creadas en la pasada Legislatura y “convenientemente” acordadas a resolver antes de que les canten las golondrinas.
De esos espacios se ha valido el líder sindical para seguir haciendo de las suyas. Sí, hermanos, sobrinos y demás parentela sanguínea y por afinidad ya han sido beneficiados por el charro gremial, no podría ser menos con una de sus hijas, de nombre Andrea Tlapale Pérez, a quien, en la negociación, le logró una plaza, con nivel 5, en el área de enfermería del Congreso local y por la cual se lleva un salario neto de 13 mil 661 pesos.
La “cacería” por ese y otros espacios en el Congreso local ya inició, pero parece que todos o la mayoría de los diputados tienen intereses en estos temas, por lo que, como ocurre en algunas logias o mafias, no pasará nada, porque son socios en éste u otro negocio.
Los municipios no escapan de esa pandemia. En la inmensa mayoría están con el mismo tema, crear o descongelar plazas laborales a fin de dejar, en negociación con el sindicato, a nuevo personal basificado en perjuicio de las arcas públicas. Algunos ya llevan avanzada la trama.
Esa es también otra pandemia, la cual solo puede ser vacunada por las nuevas autoridades al no permitir estas condiciones y, sobre todo, comprometerse a no caer en el mismo lastre que seguramente afrontarán en parte de sus gobiernos.